Hace cuatro años falleció Francisco Javier Martínez Díaz de Zugazua, ex trabajador de Michelin, por un mesotelioma derivado de haber tenido contacto con el amianto en su trabajo en la planta de Gasteiz de la multinacional francesa. Coincidiendo prácticamente con el aniversario se conocieron dos ratificaciones de sentencias que culpan a Michelin por no haber dispuesto de las medidas adecuadas de prevención frente al mineral cancerígeno y le imponen un recargo del 50% en las prestaciones sociales para la viuda y el hijo del fallecido.

En este caso, Michelin ha anunciado que recurrirá al Tribunal Supremo para rebajar del 50% al 30% el recargo de la prestación. También el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ratifica la sentencia de la indemnización que debe pagar a la viuda del trabajador por valor de 80.474,15 euros, porque antes ya había recibido una cantidad de 85.000 euros del seguro de vida.

La hermana del fallecido, Charo Martínez, reconoció a GARA que lo que buscan su cuñada y sobrino es olvidarse ya del tema. «Nos produjo un cierto cabreo que, de nuevo, Michelin haya recurrido la sentencia del recargo de la cotización social, pero al confirmar las condenas nos desquitamos un poco de ese dolor». La realidad es que cuatro años después de la muerte del ex trabajador en Michelin hay un listado de empleados, próximo a los 600, a los que se les realiza una vigilancia específica de la salud debido a que la multinacional usó amianto sin las medidas adecuadas de protección para sus trabajadores.

El caso de Francisco Javier Martínez Díaz de Zugazua tuvo mucha repercusión debido a que Michelin utilizó todos los recursos que pudo para impedir, en un primer momento, que avanzara la investigación sobre la existencia del amianto. Para ello, recurrió a la complicidad de algunos miembros del comité de empresa y de la Inspección de Trabajo, aunque, al final, la presión exterior obligó a dar marcha atrás. Se realizó un informe nuevo y se extendió la investigación, lo que provocó que aflorara la existencia de amianto en varias zonas de la empresa de Gasteiz.

En todo momento Michelin negó la existencia de amianto, pero el 25 de octubre de 2007 al trabajador se le diagnosticó un mesotelioma pleural, un tipo de cáncer que solo se produce por la exposición al amianto, que le causó la muerte el 16 de noviembre de 2008. En marzo de 2009 la Seguridad Social rectificó su anterior propuesta y consideró la enfermedad del trabajador derivada de una contingencia profesional.

En el juicio y en las sentencias se corrobora la existencia de amianto en diversas zonas de la empresa y en el modo de producción. Lo más importante de la sentencia es que se confirmó «que los trabajos se realizaban sin emplear equipos de protección respiratoria».