El Ibex terminó la sesión a la contra del resto de los índices europeos, sin hacer caso a la disminución de la actividad económica europea y a la debilidad de sus propias cifras. Para empezar, se confirmó la entrada en recesión en el tercer trimestre del año al contraerse el PIB un 0,1%, después de haber sufrido ya una caída del 0,2% en el anterior. El Estado español, por su parte, desciende un 0,3%, una décima menos que en el segundo trimestre, mientras que en comparación con 2011 la contracción alcanza el 1,6%. Todo esto anticipa un alargamiento de la crisis más allá de las estimaciones alegres del Gobierno Rajoy. Además, sigue en primer plano de las preocupaciones el desenlace de los debates en EEUU para la modificación de los impuestos, dado que podría ahogar los esfuerzos de recuperación económica de la Administración Obama. En el lado positivo, Grecia salvó su compromiso para pagar los 5.000 millones de euros del vencimiento de deuda, una circunstancia favorable que relajó la prima de riesgo y la rentabilidad del bono. Pese a este marco general negativo, el Ibex se apoyó en los bancos y Repsol para cerrar en verde. Hoy abrirá con 7.695,50 puntos, tras arañar un 0,29%. El resto de plazas europeas cayó en bloque. París cedió un 0,52%, Londres, un 0,77%, y Fráncfort, un 0,82%. En el Ibex, Acciona (+5,86%), Repsol (+3,48%) y Sacyr (+2,27%) encabezaron los avances. Todo el sector financiero, excepto Popular (-1,55%), respaldó al índice. Gamesa, Abengoa e IAG retrocedieron más de un 3%. En París, Alcatel-Lucent (-5,14%) y EADS (-2,94%) fueron los más castigados.