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Análisis | El Caja Laboral Baskonia, en la cuerda floja de la Euroliga

O se acaba la irregularidad, o la Euroliga puede acabarse pronto

La Euroliga es un objetivo prioritario para la entidad gasteiztarra pero se halla muy cerca de, por segundo año consecutivo, caer a las primeras de cambio. En un año con cambios en el sistema de licencias, caerse de la élite es un lujo que el club baskonista no se puede permitir.

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Arnaitz GORRITI Periodista

El aspecto deportivo del institucional no siempre se puede dividir. O, en algunos casos, la frontera que separa ambos segmentos es tan fina que ni se ve. Josean Kerejeta afirmaba que pasar al Top 16 de la Euroliga es un «objetivo prioritario» del Caja Laboral Baskonia 2012/13, después de que el año pasado, por primera vez en su historia en la élite europea, cayera a las primeras de cambio.

Naturalmente, las palabras del mandatario de Saski Baskonia no atraparon por sorpresa a nadie, de modo que no es achacable a la presión institucional que el conjunto gasteiztarra ande penando en la cola del grupo C de la Euroliga con una única victoria después de la primera vuelta. Toca espabilar y trepar como dé lugar a, como mínimo, la cuarta plaza del grupo, algo que aliviaría una situación deportiva de cierta incomodidad tras la pérdida de potencial de los últimos años. Pero sí existe esa presión, o algo que afecta a un grupo que se revela muy irregular y discontinuo.

El nuevo sistema de licencias no deja margen para el error. El Caja Laboral Baskonia está entre los equipos que poseen una Licencia A, fruto de sus resultados deportivos tanto en la competición doméstica y en la Euroliga, su continuidad en la élite a través de los años y otros condicionantes como el número promedio de espectadores.

Pero ese sistema, hasta la fecha invariable excepto una vez cada tres años en lo que a las Licencias A se refiere, ha cambiado: ahora la revisión es anual, y el último de esos conjuntos, el peor puntuado, la perderá. En un contexto económico delicado, con una ampliación del Buesa Arena llevada a cabo hace escasos siete meses, Saski Baskonia no quiere ni pensar en perder la Licencia A de la Euroliga, ni mucho menos imaginarse una temporada fuera de la Euroliga. A Kerejeta le ha costado mucho guiar su nave a la élite continental como para perder esa posición por descuidos.

El arranque de Euroliga ha sido el peor de su historia. Dusko Ivanovic suele ser más crítico con los suyos en las victorias que en las derrotas, y en una de esas victorias en la Liga ACB -en Zurbano ante el Joventut- el preparador montenegrino se quejaba de los «bajones» de los suyos, y advertía que «contra los equipos grandes esos bajones se notan mucho». Para entonces la escuadra baskonista ya había caído en su estreno ante Olympiacos, a pesar de jugar a un nivel más que aceptable, y frente al Zalgiris Kaunas en Gasteiz, un partido en el que un buen arranque se perdió en el camino y en el que en los momentos clave el cuadro lituano «anduvo más listo».

Sin embargo, el mayor golpe de irregularidad llegaría en el choque ante Anadolu Efes. Tras ganar la primera «final» -denominación otorgada por el mismísimo Josean Kerejeta- en la cancha del Armani Milano, el cuadro gasteiztarra sufría un durísimo revés en Zurbano. Al descanso ganaba 48-30 y dominaba al equipo turco. Pero tras el descanso llegaría el desastre. La defensa otomana subiría de nivel al mismo tiempo que los baskonistas se diluían, hundidos en un sinnúmero de triples errados y de rebotes regalados. Al final, un 16-46 favorable al Anadolu Efes que encendía las alarmas, unas alarmas que ya alcanzan categorías de máxima gravedad tras caer ante el Cedevita Zagreb. Los entrenados por Bozidar Maljkovic, incapaces de ganar un partido de Euroliga hasta la fecha, se imponían por 76-69 y lo que es peor, se imponían a un Baskonia que por momentos mostraba una imagen terrible, entre la impotencia de sus estrellas y la indolencia de los complementos.

Lesionados y novatos en la competición. La recta final de la pretemporada fue un golpe terrible para un Caja Laboral Baskonia que aspiraba a olvidarse de sus problemas de lesiones. Taylor Rochestie caía tras la segunda jornada de la Liga ACB y apenas si lograba debutar ante el Cedevita Zagreb. Tibor Pleiss caía víctima de una mononucleosis y solo conseguía reaparecer ante el Anadolu Efes. Otros hombres como Causeur tardaban en aparecer por problemas físicos y jugadores como Milko Bjelica y Maciej Lampe tratando de afinar una forma física aún por pulir con minutos de juego.

Sin embargo, en muchas ocasiones el Baskonia no ha adolecido de mala forma, sino de mala disposición en el parqué. Jugadores como Causeur han sufrido arbitrajes y defensas con «denominación de origen». Por ejemplo, el escolta francés acababa el partido ante Zalgiris Kaunas con cuatro faltas cometidas en dos minutos. Cosas de ser un debutante en la Euroliga que apenas ha logrado 3,5 puntos de media. Lo grave, empero, es la disposición de jugadores mucho más experimentados que se comportan como novatos. Lampe, por ejemplo, ha pasado de ser un pívot móvil y con buena mano a lucir una blandura extrema hasta limitarse a tirar de tres. Promedia 11 tantos, pero menos de 4 rebotes y está pasando de ser diferencial a que lo supere Pleiss. Gente como San Emeterio alterna partidazos como el de Milano -compartiendo MVP de la jornada con Rudy Fernández, después de asumir la responsabilidad anotadora tras el percance de Nocioni- a otros, como el choque ante Anadolu Efes en el que apenas pudo contribuir, y mostrándose como un buen escudero pero insuficiente como líder.

Fallan los bases y los líderes no son líderes. El triángulo formado por San Emeterio, Nocioni y Nemanja Bjelica parece no terminar de cuajar. Al ser tres jugadores que comparten los puestos de alero, aunque el serbio y el argentino también prueban como ala-pívots, parece que entre los tres se han solapado más que complementado. Nemanja Bjelica suma sobre todo en el rebote -6 rechaces por partido-, pero en la anotación solo ha superado los 10 puntos ante Olympiacos -11- y Armani Milano -20-, limitando muchos de sus tiros -9 por partido- a segundos esfuerzos tras rebote ofensivo. Mientras, Nocioni anota invariablemente entre los 11 y los 13 puntos, pero apenas promedia 2,4 rebotes. Así las cosas, sin un referente claro que destaque, este triángulo, al que habría que añadirse un Oleson que llega a los 10 puntos de media, parece un buen conjunto de secundarios, pero que no acaban de liderar el juego de un Baskonia que precisa de ellos.

Lo de los bases es otro cantar. La tardía llegada de Rochestie ha hecho que Heurtel haya sido el base titular y Cabezas el suplente, siendo los dos discretos directores de juego. Ello ha limitado el juego gasteiztarra a oleadas de buen juego sin regularidad ni control, algo que deberá cortar empezando por el partido de esta tarde en Zurbano.

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