La plataforma Biltzen, que representa a los clientes «abertzales, de izquierdas y soberanistas» en las asambleas de Kutxa, BBK y Vital, exigió ayer a Kutxabank que «termine con la política de desahucios» y «apueste por el alquiler social, junto con las instituciones públicas». Jesús Mari Larrazabal y Sebas Barinagarrementeria denunciaron la decisión de Mario Fernández sobre el aplazamiento de los desahucios porque «es una operación de maquillaje, porque sabe desde hace tiempo muy bien cuál es la política de hipotecas que ha llevado y las consecuencias que está teniendo».

Junto a estos dos, se sentaron Mikel Aiertzaguena y Lorentxo Garmendia, que asumieron el compromiso como representantes en las asambleas de las tres cajas de «evitar los desahucios», que son «los ejemplos más crueles y dramáticos de las consecuencias de las políticas que aplica el Gobierno español, supuestamente para hacer frente a la crisis».

Los representantes de Biltzen Jesús Mari Larrazabal y Sebas Barinagarrementeria recordaron que el objetivo prioritario es «hacer variar el rumbo que han impuesto el PNV y el PP en Kutxabank», aunque ayer se confirmó que existe ya un acuerdo de todos los demás, entre partidos y sindicatos, contra Bildu y que cuenta con la mayor parte de los representantes de la asamblea de Kutxa.

La necesidad de cambiar de política en Kutxabank, a juicio de Biltzen, es «una necesidad social», porque entiende que «la decisión de Kutxabank de no ejecutar los desahucios llega muy tarde para miles y miles de familias». Recordaron con franqueza que el presidente de Kutxabank, Mario Fernández, se negó a paralizar los desahucios en los que BBK ya había interpuesto las denuncias ante los juzgados. Lo dijo en la asamblea de marzo, pero también negó en todo momento en los medios de comunicación que pudiera actuar en tal sentido, porque sería ir contra las leyes. Sin embargo, este pasado fin de semana dio uno de los primeros pasos de la banca, que ha servido de excusa al Gobierno del PP para dar luz a una iniciativa que «es un cambio legal insuficiente y un puro maquillaje, que no resolverá el grave problema de miles de personas atrapadas por la crisis económica», como resaltaron los miembros de Biltzen.

Por último, se reafirmaron en la defensa de que Kutxabank «tenga garantizado el carácter público y social», que «sea democrático y transparente» y terminar «con la política de desahucios». Denunciaron que «ya se están negociando zonas de poder para mantener el carácter neoliberal de Kutxabank».