Raimundo Fitero
Por rachas
Uno Las manifestaciones crecen. Hace unos días se señaló desde el ministerio del Interior que habían tenido conocimiento de casi dos mil manifestaciones el día de la huelga. Andando por las calles de las ciudades no es extraño encontrarse con micro-manifestaciones sectoriales. Si se mira con atención la televisión, se pueden contabilizar cientos de movilizaciones ciudadanas y eso que en cada canal se ejerce un principio de selectividad que solamente responde a intereses particulares. La cosa va por rachas y en estos días nos quedamos prendados de las imágenes que nos enseñan de las batas blancas sanitarias, de los maderos, y de manera más aceptable y comprensible, las de quienes protestan por la ley hipotecaria vigente que es la causante de la oleada de desahucios.
Es curioso que, televisivamente lo que significa de manera general, las acciones de quienes estaban en contra de los desahucios han pasado de ser actos antisistema, casi atentados terroristas contra la propiedad privada, a ser algo asumido, bendecido, propiciado y que lanza a la calle manifestantes de casi todas las clases y condiciones sociales. Son fenómenos socio-políticos a estudiar, porque no ha cambiado nada, y el trágico suicidio de unos afectados no parece suficiente motivo para este cambio tan radical.
Un cambio que nos proporciona debates televisivos en los que aparecen jueces abanderando la denuncia, dirigentes de colectivos anti-desahucios, convertidas en líderes de opinión y, lo que es más sospechoso, dirigentes de sindicatos policiales de todos los cuerpos, anunciando defensa de los agentes que objeten y no quieran participar en los desahucios. Y es en este terreno donde uno sufre alucinaciones. Las imágenes de los desahucios vienen acompañadas siempre de violencia policial indiscriminada. Y ahora quieren lavarse la cara. Y salen a manifestarse los policías, contra los recortes, cuando ellos mismos dan palos de manera salvaje a otros ciudadanos que protestan por lo mismo. Aquí hay algo que no cuadra. Alguien se está aprovechando de esta racha. Y me meto que son los de siempre. El banco malo puede ser una pista. Y el desgobierno de Rajoy anda meciendo la cuna.