fórmula uno | Gran Premio de Estados Unidos
Interlagos determinará el vencedor
Lewis Hamilton se hizo con el triunfo en el circuito tejano tras adelantar a Sebastian Vettel a falta de catorce vueltas para el final.
Natxo MATXIN
El triunfo de Lewis Hamilton (McLaren) aplaza a Interlagos la decisión final sobre quién será el campeón del mundo de pilotos. A Sebastian Vettel (Red Bull), que aumentó en tres puntos más su diferencia con respecto a Fernando Alonso (Ferrari), le bastaría con ser cuarto en el circuito brasileño para enlazar su tercer entorchado consecutivo. La previsión meteorológica apunta a que va a haber lluvia el próximo sábado y que el domingo, día de la carrera, estará nublado, lo que le añade todavía más incertidumbre al desenlace final.
De momento, ambos tendrán que poner toda la carne en el asador el próximo fin de semana, después de que el regreso a Estados Unidos del circo automovilístico no pudiese aclarar mucho. Vettel dependía de sí mismo y de lo que hiciese el asturiano para verse ya triunfador antes de la disputa de la última prueba del calendario.
La pole del alemán y la discutida séptima posición de Alonso -Ferrari decidió cambiar la caja de cambios de Massa para que el brasileño fuese último y así su compañero de escudería ganara una posición y salir por la zona limpia- le daban cierta ventaja al teutón, que necesitaba ganar y que el asturiano acabase quinto. Pero entre medio de ese duelo se coló un agresivo Lewis Hamilton para hacerse con la victoria parcial en tierras norteamericanas.
El momento cumbre que se vivió en el Circuito de las Américas llegó en la vuelta 42 cuando el piloto inglés superó al germano después de haber mante- nido en los giros inmediatamente precedentes una constante presión sobre el actual campeón del mundo. Hasta ese momento, Vettel había aguantado e incluso llegó a abrir una importante brecha en cabeza, pero Hamilton no cejó en su empeño y, con altibajos, acabó por superar al alemán a falta de catorce vueltas para el final.
El alternador de Webber
Como suele acostumbrar, Alonso tuvo una imponente salida, superando hasta tres posiciones y colocándose cuarto, si bien nunca pudo rodar al ritmo de los Red Bull y del McLaren de Hamilton. El británico ya dio muestras de su combatividad desde el mismo inicio de la carrera. Apenas le costó cuatro giros dar caza al segundo de la escudería austriaca, Mark Webber, con quien posteriormente se cebaría la desgracia mecánica.
En su afán por devolver la moneda al inglés, el piloto australiano forzó su monoplaza hasta el punto que en la vuelta número 17 se vio obligado a abandonar por problemas en su alternador, un problema ya endé- mico en Red Bull, que llegó incluso a montar unidades viejas en anteriores pruebas para intentar evitar este fallo.
La eliminación del aussie dejó vía libre a Hamilton para el acoso y derribo de Vettel. Ambos pusieron mucha tierra de por medio respecto al resto de rivales, encabezados por Alonso, que vio peligrar su tercera posición en un cambio de neumáticos que se alargó más de lo debido. Kimi Raikkonen, que ya había dado muestras de su gran momento de forma imponiéndose en Abu Dhabi, acosaba con un ritmo frenético la privilegiada posición del astuariano.
Sin embargo, la gran carrera de Felipe Massa, remontando desde la última plaza hasta la cuarta, permitió que el brasileño hiciese las veces de pantalla ante potenciales perseguidores. Mientras tanto, las últimas vueltas al circuito tejano fueron una lucha de poder a poder entre un Vettel que se negaba a verse derrotado y un Hamilton que volvía a reencontrarse con el triunfo dos meses después.
El podio del gran premio estadounidense tuvo un carácter inédito, pues era la primera vez que Hamilton, Vettel y Alonso se subían a la vez a los cajones de las tres primeras plazas.
Con 440 puntos, Red Bull encadenó su tercer título mundial consecutivo en la categoría de constructores a falta de disputarse la última carrera en Brasil.