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El protagonista

En progresión geométrica

Raoul Loé se gana un sitio en el once y ya es el octavo jugador de la plantilla con más minutos.

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Amaia U. LASAGABASTER

El 12 de enero de este mismo año, cinco meses después de haber llegado al Promesas, Raoul Loé debutaba con el primer equipo de Osasuna. Era el partido de vuelta de los 1/16 de final de la Copa, que enfrentó a los rojillos con el Barcelona en El Sadar. Un rival de campanillas para hacer más inolvidable el debut, que suponía además un punto de inflexión en su carrera, al transformar en geométrica la progresión que venía siguiendo hasta entonces.

Natural de Courbevoie, en la periferia de Paris, Loé tenía 19 años cuando llegó al Manchego de Ciudad Real para jugar en Tercera. Allí pasó una temporada y dio su primer salto. De la mano del Ceuta, con el que compitió dos años en Segunda B. Su trabajo no pasó desapercibido para un Promesas bastante más abierto al exterior que antaño y el pasado año fichaba por el filial rojillo. Una decisión de la que no parece que se vaya a arrepentir porque si en las tres campañas anteriores había recorrido dos categorías, en los cinco meses posteriores saltó otras tantas y apenas un año después parece empezar a asentarse en Primera. Es, al menos, jugador del primer equipo -José Luis Mendilibar, que ya contó con él con regularidad en la segunda mitad del curso pasado, le incluyó entre los ascendidos este verano-, y lo seguirá siendo hasta 2015 después de que en marzo prolongara su contrato, y cuenta, además, con la confianza de su técnico.

No en vano es el octavo integrante de la plantilla con más minutos en sus piernas. Es evidente que la marcha de Javad Nekounam y el infortunio de Patxi Puñal en este arranque liguero han abaratado la titularidad en el centro del campo rojillo, pero no lo es menos que Loé ya ha jugado de inicio con todos los hombres de esa zona en condiciones de hacerlo. En total ha participado ya en ocho de las doce jornadas disputadas, siete de ellas como titular, a las que hay que añadir los noventa minutos de compromiso copero frente al Sporting.

Unos números que, evidentemente, satisfacen al jugador y que incluso le sorprenden. «Llegué al Manchego, en Tercera, cobraba mil euros y estaba contento. No me veía en Primera ni en Segunda», confesó. Pero ahora se ve «en el vestuario con gente que antes veía por televisión como Llorente. Damià del Barcelona, Rubén del Real Madrid... Es como si no me diese cuenta y cuando voy a Francia, mis padres y mis amigos me dicen, «buah, pero si estás en Primera»... No me lo termino de creer. Creo que necesitaré uno o dos años», asegura.

Velocidad

Aunque también para Loé la diferencia de categoría es evidente. Y no solo en el sueldo. «Es diferente jugar contra el Barcelona que contra el Mirandés o la Ponferradina -admite-. Te presionan mucho más, tienes que pensar más rápido y eso provoca que tengas más fallos». De ahí que la exigencia de los técnicos sea que «piense más rápido. Es lo que me dice siempre Alfredo -explica-. En el campo no tenemos tiempo de pensar. También tengo que ser más agresivo y jugar con todo lo que tengo, físicamente, hacer mucha presión, ganar todos los balones.. Jugar con todo lo que tengo», insiste.

Aunque las explicaciones no solo llegan desde el cuerpo técnico. El futbolista galo tiene la fortuna de compartir posición con Patxi Puñal, que no duda en enseñarle su librillo. «A veces corro mucho y tácticamente me pierdo un poco -reconoce-. El me para, me dice, me explica las cosas... Lleva no sé cuántos años jugando y de esa posición lo sabe todo». Aunque en realidad, el buenrollismo es extensible a todos los veteranos de la plantilla rojilla. «Cuando subí con Rober y Manu éramos muy tímidos, teníamos mucha vergüenza, no queríamos ni ir a las cenas..., éramos muy tímidos -explicó-. Pero la gente nos trató muy bien. Te ayudan, te hablan, te colocan en el campo, lo que fallas te lo dicen..., muy bien».

Armonía que está resultando especialmente importante, habida cuenta lo difíciles que han llegado a ponerse las cosas para Osasuna este año. Al menos parece que las tornas están dando la vuelta. Loé confía en que ese proceso siga adelante, aunque admite no saber a qué achacárselo. «El míster, los entrenamientos, eso no ha cambiado. Quizá éramos nosotros, que en Cornellá y Málaga hemos empezado muy bien y hemos acabado sin encajar goles. Pero no se puede hablar de actitud porque siempre la hemos tenido. Quizá sea la suerte, espero que esté cambiando un poco».

A DOMICILIO

No es ninguna primicia que Osasuna se las ha solido arreglar mejor como local que lejos del Sadar. La última vez que enlazó dos victorias a domicilio fue en marzo de 2011, recién llegado José Luis Mendilibar, cuando se impuso a Málaga (0-1) y Hércules (0-4). Entre medias también había superado al Racing (3-1).

Jugadores con calidad, aficionados sin demasiada calidez

Puede que sea la inexperiencia ante los micrófonos o que no tiene pelos en la lengua, pero lo cierto es que Raoul Loé no cayó en la tentación de lo políticamente correcto en la previa del derbi.

Al menos a la hora de hablar de la afición de la Real. Aunque no ha pisado el césped, sí ha estado en Anoeta y «no me pareció que hubiera mucha presión, no creo que haya tanta afición como aquí».

Al francés no le dolieron prendas, por el contrario, en reconocer la calidad de la plantilla txuriurdin: «Tienen casi el mismo equipo que el año pasado y son buenos jugadores», aseguró. A.U.L.

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