El fantasma del fracaso acecha a la cumbre presupuestaria de la UE
La batalla entre los países contribuyentes netos a las arcas comunitarias, liderados por Gran Bretaña, y los beneficiarios de las ayudas, entre ellos el Estado español, con amenazas cruzadas de veto, hace peligrar el acuerdo sobre el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 en la cumbre que comenzó anoche en Bruselas con tres horas de retraso y que podría prolongarse durante el fin de semana. Ningún Estado miembro aprueba la propuesta de Herman Van Rompuy.
GARA | BRUSELAS
La que se prevé maratoniana cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) para negociar el presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020 empezó con tres horas de retraso, a las 23.00 horas, debido a los contactos bilaterales que durante todo el día mantuvieron los líderes europeos entre sí y con el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, y que se alargaron más de lo previsto.
Los líderes europeos desfilaron por el denominado «confesionario» para exponer en 20 o 25 minutos sus líneas rojas a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. El primero fue el primer ministro británico, David Cameron, y el último el canciller austríaco, Werner Faymann, ambos del llamado grupo de «amigos de gastar mejor».
El compromiso se prevé difícil por el enfrentamiento entre los contribuyentes netos que, liderados por Gran Bretaña, que reclaman todavía más disminuciones en línea con la austeridad que Bruselas pide a los presupuestos estatales, y los beneficiarios de las ayudas europeas, como el Estado español, que tratarán de limitar el alcance de las rebajas.
«Nos encontramos en una situación muy difícil». Las diferencias entre los estados que eran más favorables a la propuesta de Van Rompuy y de los que quieren ir en sentido contrario eran enormes, según indicó el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker. Ningún estado miembro ha aprobado, por el momento, esa propuesta.
Van Rompuy plantea recortes respecto a la propuesta original de la Comisión Europea (que ascendía a 1,033 billones para 7 años). La rebaja de 80.000 millones de euros para contentar a los contribuyentes netos ha sido bien acogida por estos, que, sin embargo, exigen todavía más reducciones. Pero resulta «inaceptable» para otros.
Los contribuyentes netos más duros -Gran Bretaña, Suecia o Finlandia- consideraron que la propuesta del Consejo va en la buena dirección, pero ayer insistieron en pedir nuevas rebajas especialmente en el gasto administrativo en línea con los ajustes sufridos por las administraciones estatales.
Insuficiente
«No estoy para nada satisfecho» con la propuesta de Van Rompuy, dijo Cameron. Su gabinete matizó, sin embargo, que el texto de compromiso «es un paso en la buena dirección, pero no va lo suficientemente lejos a la hora de contener el gasto». «En tiempos de consolidación fiscal en Europa, tenemos que ocuparnos de que los gastos no sean muy grandes», abundó Merkel.
En la misma línea se expresaron los primeros ministros de Países Bajos, Finlandia, Dinamarca, Suecia o Austria, que integran el bloque denominado «amigos de gastar mejor», abogaron por una alianza entre los contribuyentes netos para limitar el presupuesto comunitario y no descartaron vetar la propuesta, una posibilidad que también contempla Italia al considerarse «penalizado» por el presupuesto europeo.
Tanto Países Bajos como Gran Bretaña, Suecia y Austria reclamaron mantener la compensación financiera que reciben por su alta aportación neta a las arcas comunitarias. Y Dinamarca pidió un «cheque» similar.
«Cada euro cuenta»
El Estado francés que descartó plantear un ultimatum abogó por un presupuesto «controlado» porque «estamos en un periodo en el que cada euro cuenta», pero también «suficiente- mente consistente para favore- cer las políticas de crecimiento» y la «solidaridad», y que contemple ayudas para regiones e infraestructuras y mantenga las subvenciones a la agricultura.
Los llamados «amigos de la cohesión» -Estado español, Eslovaquia, Bulgaria, República Checa, Croacia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Rumanía y Eslovenia- consideran inaceptable el plan Van Rompuy por los recortes a la política de cohesión.
«La incapacidad para llegar a un acuerdo sería perjudicial para todos», sostuvo Van Rompuy en su carta de invitación a los líderes europeos. Sin un compromiso, apuntaban fuentes de su Gabinete, caducarán los cheques de los que se benefician Alemania, Holanda y Suecia y que ahora reclaman también Dinamarca e Italia. Y no habría tiempo para preparar los reglamentos que permitan desembolsar las ayudas regionales desde el 1 de enero de 2014.
Por si acaso, la Presidencia irlandesa ha reservado fechas para otra cumbre en febrero.
La canciller alemana, Angela Merkel, no descarta la convocatoria el año que viene de una nueva cumbre para acordar el marco presupuestario para el periodo 2014-2020 ante las dificultades de poder llegar a un acuerdo en la maratoniana cita que comenzó anoche.
También amenaza con interferir en las negociaciones de los líderes europeos el fracaso del Eurogrupo a la hora de desbloquear la ayuda urgente a Grecia, aunque de momento no está previsto que esta cuestión se aborde en la cumbre, según fuentes diplomáticas.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, viajó a Bruselas con intención de plantear batalla para que se limiten al máximo los recortes propuestos y para que las rebajas se repartan de la forma más equilibrada posible entre los diferentes capítulos de gasto y no se concentren solo en las ayudas agrícolas y de cohesión.
Madrid lamenta que la propuesta de Herman Van Rompuy no tenga suficientemente en cuenta la situación de los países más afectados por la crisis. En particular, el reparto de fondos se calculará con los datos de renta 2007-2009, que todavía no reflejan plenamente el impacto de la doble recesión. Lo único positivo, según el Gobierno español, es que el presidente del Consejo Europeo ha ofrecido una cláusula de revisión.
Rajoy también peleará para que Galiza, Andalucía y Castilla-La Mancha -objetivo prioritario de la política europea de cohesión- mantengan al menos dos tercios de las ayudas europeas los próximos 7 años pese a que su PIB supera ya el 75% de la renta comunitaria. La última propuesta de Van Rompuy reduce el apoyo al 57% de los fondos actuales. Reclamará subvenciones específicas para Murcia, Canarias y Ceuta y Melilla. Y pedirá mejorar el trato al Pais Valencià, Asturies y Castilla y León.
Pequeños agricultores y ganaderos estaban convocados a manifestarse ayer en distintos puntos del Estado español con el objetivo de concienciar a las autoridades europeas y españolas de que la Política Agraria Común es «absolutamente imprescindible» para mantener el nivel de calidad, variedad y seguridad alimentaria. GARA