Anoeta volvió a despedir un derbi entre Real y Osasuna con el mismo resultado registrado en enero, pero ayer el resultado fue lo único en común entre los dos partidos. Si en el de la pasada temporada Andrés Fernández evitó que la superioridad y la mayor calidad de los blanquiazules acabara en goleada, ayer se impuso el estilo de juego de los rojillos, que confirmó su mejoría de las últimas semanas.

Osasuna consiguió que el partido se desarrollara con el guión que le convenía. Los cuatro rojillos más adelantados presionaron la salida de balón realista y los blanquiazules abusaron del juego directo sin contar, por una vez, con la superioridad de Xabi Prieto sobre sus pares. Raoul Loe, con su gran envergadura, se impuso al donostiarra, sin que jugadores pequeños como Vela, Ifrán o Griezmann pudieran ofrecer ninguna alternativa al continuo carrusel de pelotazos que repartía Claudio Bravo.

Ahí la Real se equivocó al entrar en el tipo de partido que convenía a Osasuna de mucha disputa y poco juego combinativo y sin presentar a los jugadores adecuados para competir con unos rivales que se encontraron con lo que querían.

Salió a defender con mucha seriedad y además contó con la ventaja que representa en el fútbol tener dos días más de descanso. La Real no tuvo la frescura mostrada el lunes ante el Rayo y no por el descanso que recibió Pardo. Tampoco el riojano pudo desarrollar su fútbol en los veinte minutos que jugó y se confirmó que rivales del estilo de fútbol de los navarros se le atragantan a la Real.

Osasuna ya salió mejor con tres remates en los primeros cinco minutos. Luego la Real se impuso en los seis siguientes, en los que lanzó cinco saques de esquina y tuvo una clara ocasión en un cabezazo de Vela tras buen centro de Carlos Martínez que Andrés Fernández envió a corner. A partir de ahí, el partido entró en una fase de demasiado juego directo, muchas faltas y poca elaboración.

Justo lo que le interesaba a Osasuna, que incluso pudo adelantarse poco antes de llegar al descanso en un balón largo en el que Claudio Bravo salió mal y cometió un penalti sobre Cejudo que ni el árbitro ni el asistente, muy bien colocado, quisieron señalar. Velasco Carballo había favorecido hasta entonces a Osasuna al ser mucho más riguroso en las pocas faltas que cometió la Real que en las muchas que realizaron los rojillos, pero esa fue la decisión más importante y benefició a la Real.

Por eso incluso tuvo que dar por bueno el resultado al descanso al no imponer su mayor calidad. En los últimos 35 minutos del primer tiempo la Real solo inquietó en dos remates de Griezmann y uno de Ifrán.

Mejoría realista

La Real jugó mejor en el segundo tiempo, consiguió que el balón estuviera más tiempo en su poder y a ras de suelo. Mejoró su juego combinativo, pero Osasuna defendió bien y apenas concedió ocasiones de gol.

De salida Vela tuvo un disparo que despejó a corner Andrés Fernández e Ifrán tres remates que salieron fuera. La Real llegaba con relativa comodidad a las inmediaciones del área, pero generalmente buscaba centros bombeados ante los que la defensa osasunista imponía su mayor altura y despejaba sin mayores problemas.

La grada reclamaba la presencia de Pardo, pero si había un jugador en el banquillo cuya envergadura y frescura necesitaba ayer la Real era Agirretxe, que salió demasiado tarde.

Osasuna ganó en confianza conforme avanzaban los minutos e incluso volvió a tener dos oportunidades por mediación de Lamah y Onwu en unos últimos minutos en los que también a Agirretxe le faltó poco para remachar un balón tocado por Chory Castro y Andrés detuvo un remate de Vela. Pero tampoco fueron ocasiones muy claras y el resultado reflejó lo que fue el encuentro. La Real tuvo más aproximaciones, pero sin el acierto y la eficacia mostrada en los últimos encuentros.