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Sí, pero no solo la extra de Navidad

En palabras del PSE, «con la ley en la mano y sin pase foral» su Gobierno termina la legislatura con el eslogan «Euskadi sin recortes» por bandera. Finalmente, cumplirá lo recogido en la Ley de Presupuestos y pagará la extra de Navidad a sus 67.000 funcionarios. Coincidiendo con su despedida, se apuntan así un tanto simbólico que debe ser valorado como positivo. Pero que a la luz de las evidencias, de los recortes en Sanidad y Educación, no les hará pasar a la posteridad como el partido que osó enfrentarse a Rajoy y levantó un muro para frenar sus políticas socialmente tan dañinas. Tampoco podrá utilizar esa paga extra como latiguillo en la refriega partidista con un PNV que ya ha avisado que recortará y que, como hacen otros, culpará de sus decisiones al gobierno anterior.

Todo indica que este asunto terminará en el Tribunal Constitucional. Lakua tiene competencias, protección y resortes de los que carecen diputaciones y ayuntamientos, y puede hacer valer su decisión hasta que el alto tribunal dictamine. Lo ideal sería que hiciese efectiva esa paga cuanto antes y así evitar injerencias posteriores de Madrid que parecen aseguradas. Pero más allá de las vicisitudes legales que depare el futuro, lo que es evidente es que esa actitud que no sigue los dictados de Rajoy no puede ni debe empezar y terminar en la paga extra de Navidad. No nos enfrentamos a un problema de técnica legal, sino que lo que está en juego es la defensa de la capacidad de decisión propia, una cuestión de voluntad política y de compromiso con la justicia social.

«Con la ley en la mano» no se pueden desobedecer los recortes del PP. «Sin pase foral», el seguidismo parece asegurado. Si algo ha demostrado este asunto, más allá del oportunismo y la disputa partidista de fondo, es que si se quiere, sí se puede. Que hay margen, estrecho y lleno de trampas ciertamente, para maniobrar. Y que con convencimiento propio, asumiendo el inevitable choque con las leyes, y sus costos, este país no baila al son que marca Rajoy. Hace su propio camino.

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