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La derechista Park Geun-hye gana unas reñidas elecciones en Corea del Sur

La derechista Park Geun-hye, hija del dictador Park Chung-hee, es desde ayer la nueva presidenta de Corea del Sur tras imponerse en unas reñidas elecciones al progresista Moon Jae-in. Uno de sus principales retos será restablecer una relación de confianza con su vecino del norte.

GARA | SEÚL

Park Geun-hye, la candidata del partido derechista gobernante Saenuri, se alzó ayer con la victoria en las elecciones presidenciales más reñidas de Corea del Sur desde 2002 y al derrotar a su rival del Partido Democrático Unificado (PDU), Moon Jae-in, acabó con la promesa de cambio que abanderaba la izquierda.

Park, hija del fallecido dictador Park Chung-hee, de cuyo régimen se muestran a menudo nostálgicos muchos miembros de su formación, venció a Moon con una diferencia que se perfila cercana al millón de votos. Se convirtió así en la primera presidenta de la historia de Corea del Sur, país de arraigadas tradiciones conservadoras en el que los hombres acaparan el 80% de los escaños del Parlamento y también la inmensa mayoría de cargos directivos de instituciones y empresas.

Cuando apenas faltaba el 5% de las papeletas por escrutar, Park contaba con el 51,7% de los votos, mientras que Moon había logrado el 47,9%.

«Ha sido una batalla muy dura», aseguró la presidenta electa a sus seguidores, al tiempo que destacó su compromiso de buscar «la armonía entre derecha e izquierda» en un escenario político y social que recientemente ha ampliado su polarización, además de buscar el bienestar de las clases más desfavorecidas.

En su discurso tras ganar los comicios, Park aseguró que cumplirá sus promesas electorales, algo que se plantea como un desafío, ya que se ha mostrado inusualmente moderada en contraste con la marcada línea derechista de su partido.

Uno de los principales retos que tendrá que afrontar será restablecer una relación de confianza con Corea del Norte tras dos años de tensión -avivada por la política de línea dura de su predecesor, Lee Myung-bak- y a su vez mantenerse firme ante el régimen de Pyongyang.

De hecho, Park, que llegó a pedir perdón por las violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura de su padre, expresó en campaña su intención de tender la mano a su vecino del norte. «Estoy abierta a reunirme con el líder de Corea del Norte si ayuda a las relaciones», planteó hace unas semanas Park, que también propuso crear centros de cooperación en ambas capitales para facilitar la comunicación directa entre ambos gobiernos, informó Efe.

Los casi 15 años en política de la presidenta electa, así como la sombra de su padre, que alumbró el milagro económico surcoreano entre 1963 y 1979, habrían contribuido a aupar a Park.

Moon, defensor de la justicia social y los derechos de los oprimidos, admitió haber sido «incapaz de dar un giro al Gobierno».

confianza

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó ayer su confianza en que la nueva presidenta surcoreana colaborará con la ONU para la promoción de «la paz y la estabilidad» en la península de Corea.

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