El Sadar recibe a los merengues
El partido ideal para enmendar
La tensión que siempre requiere la visita del Real Madrid puede ser el mejor antídoto contra la última mala racha del conjunto navarro.
Natxo MATXIN
Visto desde fuera, se podría pensar que la visita del Real Madrid llega en el momento más inoportuno para Osasuna. Quien así piense no conoce la especial relevancia que para la escuadra navarra supone la visita de los merengues y lo marcado que está en el calendario de los blancos su desplazamiento a un estadio que, casi siempre, les ha dado importantes quebraderos de cabeza.
A buen seguro que a estas alturas, los más veteranos del vestuario encarnado ya han transmitido a los recién llegados esta temporada la trascendencia que para la parroquia local tiene hacer hincar la rodilla a los de la capital española. Por si fuese poco ese estímulo, recientes pulsos entre navarros y madridistas han tenido acicates añadidos a la feroz rivalidad que se generó a raíz del regreso de la entidad rojilla a la máxima categoría a comienzos de los años ochenta.
No hace tantas campañas -se podría aplicar aquí lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor- que ambas escuadras pujaban por hacerse con el segundo puesto de la tabla, allá por el último tramo liguero de la 2005-2006, con el fin de evitar disputar la previa de la Champions League. O que los dirigidos por Bern Schuster -con corte de mangas a la grada incluido- se hiciesen con la Liga dos años más tarde en el feudo iruindarra gracias a un postrero gol de Gonzalo Higuaín.
Apenas una temporada más tarde, la satisfacción cayó del lado de la hinchada rojilla. Osasuna se jugaba su ser o no ser en Primera en la última jornada de una campaña lastrada por los malos números de la primera vuelta, un calco de la actual. Tras vencer a domicilio a un Barcelona más pendiente de su final europea ante el Manchester United, la hazaña debía culminarse frente a un Real Madrid ya pensando más en las vacaciones que en jugar al balón. Dos goles de Plasil y Juanfran desataron la euforia en Iruñea.
Sin esa etiqueta de ultimátum, pero con la misma necesidad que imprimen los actuales raquíticos 14 puntos que suma el conjunto dirigido por Mendilibar, el encuentro de pasado mañana tendrá el nivel de exigencia esperado, siendo una reedición de anteriores episodios.
Mejor sin Cristiano
En el choque no estará Cristiano Ronaldo, quien vio la quinta tarjeta amarilla frente a la Real, lo que es una buena noticia para los intereses rojillos. Si bien la estrella lusa no demostró en El Sadar hasta la campaña pasada de lo que es capaz -anotó dos goles, uno de ellos de fuerte disparo que sorprendió a Andrés Fernández-, lo cierto es que es una importante baja para el Real Madrid en estos momentos.
El recién nombrado balón de plata estaba siendo el futbolista que tira del carro de un conjunto que no está siendo el del año pasado y en el que comienzan a pasar factura la guerra de egos que existen en su vestuario. Las arrancadas y jugadas individuales del internacional portugués han salvado más de un partido a una escuadra merengue que está muy alejada de sus iniciales objetivos.
A quien sí deberán vigilar con especial atención los navarros es a Gonzalo Higuaín, un futbolista al que se le da muy bien El Sadar, donde ya ha anotado cuatro goles y uno de ellos supuso un título liguero.
Osasuna dio la sensación en Mestalla de que está dispuesto a generar más fútbol de lo que lo ha hecho hasta ahora, pese a que las ideas sigan igual de romas cuando se enfilan los metros decisivos de la portería contraria.
Al menos, en esta ocasión, la escuadra navarra consiguió anotar a través de un futbolista que necesitaba marcar desde hacía mucho tiempo. Joseba Llorente, relegado al papel de secundario tras no estar bien cuando Mendilibar le dio la titularidad, reconoció que «tenía ganas de hacer un partido completo y me encontré mejor que a principios de temporada, cada día estoy mejor y es importante tener minutos».
El gol del hondarribitarra no sirvió de mucho en la eliminatoria copera, pero sí para sumar elementos a la vista de los dos «importantes» compromisos caseros que se le avecinan al conjunto rojillo. Para empezar, el Real Madrid, un choque que será «a muerte, al igual que lo será el del Deportivo», vaticinó el atacante guipuzcoano.
En todo caso, serán retos «complicados, porque nos está costando sacar los partidos en casa». «Viene el Real Madrid y siempre hay un plus más de todo. Será un partido duro ante un rival que quizás no está en su mejor momento, pero es el Madrid. El palo que tuvimos contra el Granada fue duro y estamos con ganas de reaccionar», añadió.
Por otro lado, la sesión vespertina de ayer tuvo la buena noticia de ver a Raoul Loé entrenando con el resto de sus compañeros. N.M.
Cristiano Ronaldo lideró la remontada merengue frente al Celta (4-0) con tres goles de la estrella lusa y una última asistencia a Khedira para cerrar el pase. El Real Madrid jugó bien en la primera mitad -se puso 2-0-, pero en la segunda sufrió mucho, sobre todo a raíz de la retirada de Xabi Alonso por un problema en las cervicales -habrá que ver si está en El Sadar- y la expulsión de Ramos.
Sin embargo, los merengues volvieron a demostrar la enorme pegada que tienen a la contra -seguro que Osasuna habrá tomado buena nota- para finiquitar el choque pese a encontrarse con un jugador menos.
En los otros dos envites coperos disputados ayer, el Zaragoza certificó en casa (2-0) la victoria de la ida en el estadio del Levante. El Sevilla, con la eliminatoria decidida en Mallorca, perdió en el Sánchez Pizjuán (1-2). N.M.