El Real Madrid visita el Sadar
Necesidades en polos extremos
Osasuna redobla su motivación para buscar la primera victoria del año y volver a salir a flote. Ricardo y De las Cuevas se estrenan en la lista, aunque ambos partirán en el banquillo. El Real Madrid llega con bajas, con líos y sin apenas opciones en la Liga.
OSASUNA - REAL MADRID
Amaia U. LASAGABASTER
14 puntos tiene Osasuna, menos de la mitad de los que ha conseguido el Real Madrid. 45 goles ha anotado el equipo merengue, el triple de los que han celebrado los navarros. El equipo de Jose Mourinho ocupa puestos de Liga de Campeones, se ha clasificado para cuartos de final de la Copa y también sigue adelante en Champions, mientras a Osasuna Europa le suena a emisora de radio, el torneo del k.o. se ha esfumado casi tan rápido como llegó y en Liga hay 19 equipos que le miran por encima del hombro. Polos opuestos, sí, pero ambos con la misma sensación de necesidad, cuando no de angustia.
Y es que las distancias también son siderales en lo que a presupuesto y aspiraciones se refiere. Así que el equipo madrileño no llega al Sadar pensando en lo que tiene, sino en lo que le falta. Sobre todo esos 16 puntos en que se cifra la ventaja del Barcelona, el único termómetro válido, a fin de cuentas, para calibrar el nivel de urgencias, las polémicas, los enfados y las necesidades en que se mueven los merengues cada temporada. Osasuna, de momento, no tiene por qué fijarse -aunque los tropiezos ajenos son bienvenidos- en nadie más. Bastante tiene con remontar un vuelo que ha vuelto a caer en picado.
Cinco jornadas han pasado desde que los rojillos celebraran su última victoria, aquel 1-0 frente al Rayo que supo a gloria y al que no han sabido darle continuidad. Desde entonces, el cuadro rojillo ha encajado tres derrotas, a las que habría que unir el doble tropiezo copero frente al Valencia, y apenas ha sido capaz de sumar un punto -bien es cierto que debían haber sido los tres-. El resultado es evidente: Osasuna vuelve a ocupar el fondo de la clasificación y, por mucho que todavía quede toda una vuelta por delante, es cierto que cada vez dispone de menos margen de reacción.
Afortunadamente aún existe, y las distancias son escasas, con lo que el triunfo frente a un rival que motiva especialmente al cuadro navarro podría tener consecuencias doblemente positivas: en el plano más tangible acabaría con la mala racha, podría sacar a Osasuna de descenso y, sobre todo, daría tres puntos que se van a necesitar al final de la temporada. Y, en el plano anímico, las consecuencias también se duplicarían, teniendo en cuenta la entidad del rival y que los rojillos podrían mirar el futuro desde una posición algo menos incómoda.
A la altura
Esas cuentas de la lechera deberán tomar cuerpo ante un Real Madrid que llega con bajas -aunque a José Luis Mendilibar, con razón, le provoquen la risa ciertos lamentos- y, posiblemente más importante, con la tentación de olvidar definitivamente la Liga y centrarse en otras competiciones que, de momento, le ofrecen más posibilidades de éxito.
Pero los iruindarras, en este caso, tampoco están para pensar en circunstancias ajenas, por mucho que reciba a «uno de los mejores equipos del mundo». Deben centrarse en lo suyo, que pasa por «hacer cosas para ganar, estamos obligados, como siempre que se juega -subraya Mendilibar-. Y más si el rival es uno de los mejores del mundo. Es complicadísimo, son buenos en todos los aspectos, físico, táctico, técnico y mental; no se arrugan y les da igual jugar miércoles y domingo. No obstante, espero que nosotros estemos a la altura».
No le cabe duda de ello en el plano anímico, en el que incluso reconoce que a veces hay que echar el freno. «Sé que vamos a estar fuertes y que vamos a estar bien. En este tipo de partidos incluso hay que parar a los jugadores», aseguró. Aunque tampoco demasiado porque «necesitamos estar fuertes físicamente, necesitamos agresividad, necesitamos de todo».
Y es que, al margen del rival, Osasuna necesita puntos. Sin demora. Ni siquiera importa si se consiguen en El Sadar, donde se han logrado habitualmente, o fuera, como parece suceder últimamente: lo importante es «sumar». «La permanencia pasa por puntuar -afirma Mendilibar- y últimamente estamos sumando más fuera que en casa. Así que por supuesto que tenemos que mejorar en casa, pero también saber que los puntos valen lo mismo aquí que fuera».
De estreno
«Aquí» es donde van a tener la posibilidad de debutar los dos refuerzos invernales de Osasuna. Al menos en la convocatoria, porque Ricardo y De las Cuevas se estrenan en la lista frente al Real Madrid. Sorprende más en el caso del centrocampista, recién aterrizado, pero Mendilibar recuerda que «viene de estar compitiendo y conoce nuestro fútbol, es lo bueno de traer jugadores así, que casi no necesitan adaptación».
En principio, y aunque el entrenador vizcaino siempre se guarda alguna sorpresa, De las Cuevas seguirá el inicio del choque desde el banquillo. Sobre el césped lo harán, en principio, los mismos que saltaron al del Sánchez Pizjuán, con la entrada de Arribas por Rubén.
En Madrid se lamentan por las ausencias de Pepe, Ramos, Cristiano y Adán. «Me hace gracia cuando dicen que a los clubes grandes les faltan jugadores. Probablemente el que juegue sería suplente en Osasuna», bromeaba Mendilibar.
Realmente ajetreado fue el primer día de Miguel de las Cuevas en Iruñea. Reconocimiento médico, entrenamiento con sus nuevos compañeros, rueda de prensa de presentación y primera convocatoria, ahí es nada.
Hoy, claro, espera dar el pasito que le falta y «pisar este estadio que es tan especial». Aunque el paso que realmente quiere dar es colectivo y debe llegar en mayo. «Mi objetivo es que Osasuna se mantenga en Primera -subrayó-. Es un club histórico que siempre tiene que estar ahí. Estamos muy cerca de salir de abajo y es cuestión de ganar un partido. Vengo con muchas ganas, a aportar cosas positivas al equipo para que salga de ahí abajo», añadió De las Cuevas, que explicó que Raúl García y Sisi, dos de sus «mejores amigos en el fútbol» le habían «hablado maravillas» de Osasuna que, de momento, no ha hecho sino confirmar. «Me han dicho que el vestuario es muy humano y la verdad es que los compañeros me han acogido muy bien».
Martín González, por su parte, explicó que De las Cuevas puede «aportar calidad, habilidad y una buena cuota de gol. Y sobre todo ilusión, porque está muy contento».
Desde Gijón, el que fuera su entrenador hasta anteayer, José Ramón Sandoval, aseguró que «De las Cuevas no tenía la cabeza aquí ya desde la pretemporada» y admitió que, «a pesar de las cláusulas, si un jugador quiere marcharse es muy difícil impedírselo». GARA