A pie desde Ermua hasta Eibar; los trabajadores de Alfa iniciaron así la tercera jornada de huelga desarrollada ayer. Posteriormente, una marcha recorrió las calles de la localidad guipuzcoana, con una parada especial en la sede de Kutxabank, donde varios empleados se encadenaron para denunciar que la entidad, la mayor acreedora de la deuda de Alfa, está «imponiendo» los despidos y la reducción salarial como condición para renegociar la deuda.

Siete trabajadores participaron en el acto de protesta. Mientras, tanto en el interior como en el exterior de la entidad, sus compañeros coreaban lemas contra los despidos. «Banca y patronal, alianza criminal», fue el lema más escuchado en las inmediaciones de Kutxabank.

Al cabo de pocos minutos, tres furgonetas de la Ertzaintza acudieron al lugar a desalojar a los trabajadores encadenados, que fueron identificados. Tras algún rifi-rafe que otro, la manifestación prosiguió para terminar ante la sede de Alfa.

«Moneda de cambio»

Una vez finalizada la marcha, el portavoz de LAB Jon Kirru Iparragirre reiteró la crítica a la posición de Kutxabank ante el conflicto laboral de Alfa. Según explicó, el 70% de los 115 millones que adeuda Alfa corresponden a un total de doce cajas, entre las que Kutxabank es el principal acreedor.

En nombre de los trabajadores, Iparragirre mostró su enfado al considerar que la entidad, junto con Alfa, está utilizando sus puestos de trabajo como «moneda de cambio» para renegociar la deuda, y añadió que la negociación se está haciendo a espaldas de los trabajadores.

«El único objetivo de Kutxabank y las otras entidades que operan con el Grupo Alfa es garantizar el cobro de la deuda y para ello están exigiendo a la dirección que realice despidos y ajustes salariales», sentenció Iparragirre.

Con 87 despidos y una reducción salarial del 10% encima de la mesa, los trabajadores de Alfa Hogar, Alfalan y Mecánicas Mallabia iniciarán el lunes la ronda de consultas con la empresa. No obstante, afirman que la sombra de nuevos despidos y reducciones salariales amenaza sobre la totalidad del grupo.

Por ello, el portavoz de LAB exigió un plan de viabilidad y una negociación que descarte medidas traumáticas. Anunciaron que, de no ser así, habrá más y «más duras» movilizaciones.