Indígenas canadienses fuerzan al primer ministro a escuchar sus demandas
Indígenas canadienses se manifestaron en Otawa en contra de las políticas de discriminación del Gobierno. Una de las líderes de la campaña Idle No More («No más pasividad») cumplió 31 días en huelga de hambre, mientras estaba prevista una reunión con el primer ministro.
GARA |
La reunión prevista para ayer entre el primer ministro canadiense, Stephen Harper, y líderes indígenas fue cuestionada por algunos de ellos poco antes de comenzar porque no estaba prevista la asistencia del Gobernador General, David Johnston.
La jefa del poblado de Attawapiskat, en el norte de Ontario, Theresa Spence, que ayer cumplió 31 días en huelga de hambre frente al Parlamento canadiense para llamar la atención de la opinión pública sobre las difíciles condiciones de vida en su comunidad, recordó en una rueda de prensa que «desde el principio declaré que la reunión debería realizarse con el primer ministro y el gobernador general. Es importante que ambos estén al mismo tiempo con todos los líderes, no solo un grupo».
Otros jefes tribales se sumaron a las demandas de Spence, que denunció que el Gobierno canadiense y la Corona británica -la reina de Inglaterra es la jefe del Estado canadiense-, han violado los acuerdos firmados hace siglos con los indígenas.
«Vuestros antepasados vinieron a nuestras tierras. Les salvamos. Escapaban de sus países porque estaban muriéndose de hambre y cuando vinieron nuestros antepasados les recibieron con los brazos abiertos y les ayudaron», incidió Spence, líder del movimiento Idle no More («No más pasividad»). Este movimiento comenzó en octubre en respuesta al debate parlamentario del proyecto de ley C-45, que autoriza a las corporaciones la exploración y extracción de petróleo y gas, así como la pesca en ríos ubicados en asentamientos aborígenes.
La cadena de televisión pública CBC dijo que los Jefes de Ontario, la organización que agrupa las tribus de la principal provincia del país, reclamaron la inmediata presencia de Harper y Johnston en el hotel de Ottawa en el que estaban reunidos. De lo contrario, advirtieron, a partir del miércoles bloquearán las principales carreteras y vías férreas de Ontario, el corazón industrial del país.
Muchos periódicos canadienses coinciden en que Idle no More ha sido mucho más efectivo porque ha sabido unificar, organizar y mover las masas indígenas hacia una dirección única: igualdad, respeto, derecho a la autodeterminación y a la naturaleza. Incluso el exprimer ministro Paul Martin ha alabado la campaña, criticando la postura del Gobierno conservador hacia a los nativos.
«Nunca hemos admitido que fuimos, y seguimos siendo, una potencia colonial (...) Y seguimos con ese enfoque en la integración», remarcó.
Miles de indígenas canadienses llevan desde octubre en pie de guerra en contra de la discriminación que sufren, la pobreza, los altos niveles de desempleo y el limitado acceso a la educación y a los servicios de salud.
La campaña de protesta Idle no More («No más pasividad») apuesta por expandirse más allá de la reunión prevista para ayer con el Gobierno, aumentar en intensidad y educar al resto de los canadienses sobre los originarios.