Planasa Navarra 74

Básquet A Coruña 70

Planasa Navarra sumó, no sin sufrimiento, la primera victoria de la segunda vuelta. Los discípulos de Ángel González Jareño se deshicieron de Básquet A Coruña a base de sufrir y encomendándose una vez más a los 2,15 metros de Ondrej Starosta.

El pívot checo tenía una prueba de fuego ante él, ya que debía lidiar con Somogyi, un pívot aún más alto que él, aparte de más joven, y la movilidad de Kale y Johnson. Pues bien, Starosta no solo salió vencedor del envite, sino que arrastró consigo al lituano Volkus, que jugó un muy buen último cuarto, complementando con su garra y movilidad los estragos que el centroeuropeo hacía en el poste bajo y al rebote.

La tercera pata del triunfo de Planasa Navarra no fue otro que Iñaki Sanz. «El galgo del Anaitasuna» tiró de veteranía y temple, clavando un triple al inicio del último cuarto para afianzar la diminuta renta iruindarra, y para certificar el triunfo a base de sangre fría desde la línea de tiros libres. Ya que Iñaki Narros apenas puede aportar todavía -saltó a la cancha y clavó un triple, pero poco más pudo hacer- y ya que Cabanas aún no está a tope -no obstante, conectó muy bien con Starosta en varias jugadas-, los recursos sirvieron para que Planasa Navarra pudiera seguir con su línea ascendente.

Sin estrellas, pero peleones

En el duelo inaugural de esta temporada de la Liga LEB Oro, Básquet A Coruña se imponía por 77-73 a los navarros gracias a la impresionante actuación de Asier Zengotitabengoa. Ayer, por contra, el alero gasteiztarra sufrió mucho más para zafarse de los diversos defensores que tuvo delante, especialmente Savitski y Bonhome. Zengotitabengoa acabaría con 11 puntos, otorgando una última oportunidad al cuadro coruñés merced a un triple que elevaba el 68-67, pero no pudo brillar como en el partido de ida.

Sin embargo, eso no restó un ápice la competitividad galaica. Ni la exhibición de Starosta, ni las faltas que asolaron a sus interiores. El exjugador de Bilbao Basket Xavi López se erigió en un peligroso triplista -sumaría 4 de 5 desde más allá de los 6,75 metros- y Pablo Almazán mostraría una vez más su poderío reboteador, pese a tratarse de un alero de dos metros escasos. Con esos argumentos y arriesgando con defensas alternativas, Básquet A coruña llegó al descanso con un punto de renta, 35-36, e incluso mantuvo la cabeza del partido hasta la parte final del tercer período.

Sin embargo, la buena defensa que debía soportar su estrella les acabó haciendo mella, toda vez que Planasa Navarra siempre lograba que el faro Starosta encontrara balones en las cercanías del aro, y aunque lo asediaban a faltas debido a su mala mano desde «la distancia de la caridad», el checo acabaría corrigiendo esa tara para mantener a los de González Jareño con una pequeña ventaja en el luminoso en todo el cuarto final.

A los buenos minutos de Sanz y Volkus, además, toca sumarle un «dos más uno» providencial de Álvaro Frutos, que ponía el 71-67 dentro del último minuto, y una última defensa colectiva que hacía incurrir a los galaicos en la violación de 24 segundos.

Con esa pequeña renta y la posesión del balón, González Jareño apostó por la veteranía de Sanz, que supo amarrar el balón y sentenciar un disputado encuentro con los tiros libres.