muerte de tres activistas kurdas
El PKK responsabilizará a París del atentado si no esclarece lo sucedido
La Fuerza de Defensa del Pueblo (HPG), el ala militar del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) advirtió ayer al Estado francés de que le considerará responsable de la muerte de las tres activistas kurdas tiroteadas en la capital gala el miércoles si no esclarece inmediatamente las circunstancias de lo sucedido. Los primeros datos de las autopsias revelan que las tres mujeres recibieron varios disparos en la cabeza y sitúan su muerte a última hora de la tarde del miércoles.
GARA | PARÍS
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha exigido al Estado francés que aclare las circunstancias de la muerte de las tres activistas kurdas el miércoles en París, y ha señalado como responsables a los «poderes internacionales» y a la rama turca de la red Gladio, en un intento de paralizar las conversaciones de paz, al tiempo que ha rechazado que fuera resultado de una disputa interna, tal y como apunta el Gobierno turco.
Su ala militar, la Fuerza de Defensa del Pueblo (HPG), advirtió en un comunicado colgado en su web y recogido por AFP que «Francia tiene la responsabilidad de dilucidar inmediatamente estos asesinatos o de lo contrario será considerada respon- sable de la masacre de nuestras camaradas».
«Los autores de estos brutales asesinatos, que fueron orquestados profesionalmente por los poderes internacionales y por la Gladio turca, jamás conseguirán sus objetivos», indicó el comité ejecutivo del PKK en su nota de condena a las muertes de Fidan Dogan, Leyla Söylemez y Sakine Cansiz, esta última una de las fundadoras de la organización.
El PKK rechazó la hipótesis que defiende el Gobierno de Turquía de que las tres mujeres, «honorables miembros de nuestro movimiento de mujeres libres», podrían haber muerto como consecuencia de una disputa en el seno de la organización. «Las declaraciones formuladas por las autoridades del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) están descaradamente orientadas a encubrir a los responsables de esta brutal ejecución y desorientar a la opinión pública», apuntó.
«Es imposible que este sangriento ataque haya podido ocurrir a plena luz del día y en un lugar tan céntrico sin el apoyo de los estados y servicios de inteligencia internacionales», afirmó el PKK, que agregó que estas tres muertes son «el último paso de una política destinada a criminalizar el movimiento» kurdo, en un momento en el que Turquía negocia con su líder, Abdullah Oçalan, el fin del conflicto político. Asimismo, instó a los «patriotas revolucionarios, demócratas y socialistas» kurdos a mejorar la lucha por la democracia y la libertad de su pueblo en respuesta al ataque de París.
Varios impactos en la cabeza
Los primeros datos de las autopsias difundidos ayer por la agencia kurda Firat y la francesa AFP, que citaban fuentes judiciales, señalaban que las tres activistas kurdas murieron entre las 18.00 y las 19.00 del miércoles y recibieron varios disparos en la cabeza, lo que acredita la hipótesis de la ejecución sumaria a la que hizo referencia una fuente policial tras el hallazgo de los cuerpos en el Centro de Información de Kurdistán. Una de ellas representaba cuatro impactos en la cabeza y las otras dos, tres.
Una fuente de la Policía declaró a la cadena francesa TF1 que en la escena del crimen se encontraron nueve casquillos de bala y tres cartuchos. Añadió que las balas son de calibre 7,65 milímetros, un calibre bastante antiguo empleado en pistolas automáticas como la Wather PPK de fabricación alemana de antes de la Segunda Guerra Mundial.
Al margen de la investigación, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, se refirió de nuevo ayer al atentado de París para insistir en su tesis de que lo ocurrido sugiere un conflicto interno en el seno del PKK.
A pesar de que reiteró la necesidad de esperar el resultado de la investigación realizada por la policía francesa, Erdogan indicó, sin embargo, que los primeros datos parecen favorecer la pista de un crimen cometido por alguien desde el interior ya que el edificio en el que ocurrió estaba equipado con un sistema de seguridad con un código confidencial. «Estas tres personas abrieron la puerta. Seguramente no lo hubieran hecho si no conocían al asesino o es posible que él tuviera el código», dijo.
Sabotear el diálogo
También dijo que el atentado podría ser obra de algunos círculos, que no identificó, con ganas de «sabotear» el diálogo entre Ankara y «la rama política» del PKK. «Cada vez que hay una iniciativa de buena voluntad, se trata de impedir», se lamentó Erdogan, defendiendo una tesis con la que coinciden representantes del movimiento kurdo, que apuntan al Estado turco como «saboteador».
A su regreso de su gira por varios países africanos, el primer ministro turco confirmó el diálogo con Oçalan y afirmó que su Ejército no atacará al PKK si se desarma y se repliega a sus bases de Kurdistán Sur. «Si hace esa promesa (de retirarse) y quieren salir del país tras dejar las armas, vamos a aprobarlo», declaró Erdogan, quien aseguró que los contactos con el líder kurdo continuarán hasta llegar a «las metas» que se han propuesto, sin especificar nada más, aunque no parecen ser otras que el desarme de la guerrilla.
Turquía solicitó a las autoridades francesas reforzar las medidas de seguridad en sus sedes diplomáticas «para evitar incidentes, planificados o no». También pidió extremar la vigilancia en sus legaciones en Europa.
La delegación de paz de las FARC dijo estar «estremecida» por la muerte de las activistas kurdas en París y mostró su rechazo a «una acción criminal» llevada a cabo por «los enemigos de la independencia de los pueblos».
Havin Guneser, portavoz de la International Iniciative Freedom for Abdullah Oçalan, aseguró ayer que pese al ataque que segó la vida de tres activistas kurdas en París, «detrás del cual se percibe el sello ejecutor de un Estado», el movimiento kurdo está determinado a seguir adelante en el proceso de diálogo abierto entre Oçalan y el Estado turco. Indicó que la parte kurda ha apostado por «no retirarse, pese a cualquier circunstancia o ataque al proceso», como el de París, del que responsabilizó a Ankara y que «evidencia la debilidad política del Estado turco».
Guneser, de visita en Euskal Herria para tomar parte, junto a una delegación kurda, en la manifestación de esta tarde por los derechos de los presos políticos vascos en Bilbo, recordó que cada vez que el PKK ha emprendido dinámicas para impulsar diálogos resolutivos, la respuesta del Estado turco ha sido la represión y el sabotaje. «Estas iniciativas han acabado en un baño de sangre para el pueblo kurdo» y siempre, como ahora pretende hacer el Gobierno de Ankara, se ha imputado su fracaso al PKK.
Insistió en que la paz «solo puede construirse desde la verdad, el respeto y reconocimiento de todos los derechos y desde la negociación en condiciones de igualdad» y denunció la «colaboración ilimitada» de los gobiernos europeos con Ankara en materia represiva.
En la misma comparecencia, Pernando Barrena, portavoz de la izquierda abertzale, instó a aclarar lo sucedido, aunque remarcó que «los enemigos de la paz están claramente identificados» y exhortó al Gobierno turco a abandonar la estrategia represiva y enarbolar la bandera de la solución abordando una dinámica de resolución. Barrena reiteró que la resolución pasa por el respeto a los derechos democráticos y pidió al pueblo kurdo firmeza y que continúe su lucha por la paz y la justicia. M. ISASI