Txisko Fernández Periodista
Pues ya ha llegado el día siguiente
Ya ha pasado el 12 de enero. Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Bilbo. Y hoy es el día siguiente. No se han vaciado las cárceles, no se ha acercado a ningún preso o presa, quienes padecen enfermedades graves no han sido excarcelados, tampoco quienes han cumplido ya la condena establecida inicialmente por los tribunales españoles, los familiares tendrán que volver a recorrer miles de kilómetros para llegar a esas breves visitas, los presos no podrán utilizar el euskara si no es por gracia del director de turno de la cárcel, estudiar en la UPV seguirá vetado para ellos simplemente por ser vascos...
Este dramático balance fue utilizado durante los días previos, e incluso durante la mañana de ayer, en el debate político. Paradójicamente, quienes lo esgrimieron más agriamente fueron quienes no se sumaron a la convocatoria: PNV, PSOE, UPN, PP y UPyD. Estos vinieron a afear la conducta de todos los agentes políticos, sociales y sindicales, así como de las miles de personas relevantes que dieron su apoyo de forma individual, por sumarse a la multitudinaria movilización.
Este ha sido otro de esos momentos de la dialéctica del conflicto que quedará enmarcado en letras mayúsculas en el capítulo dedicado a la estulticia.
Ya es 13 de enero. En Bilbo, un centenar de burukides eligieron ayer a Andoni Ortuzar para que ocupe el hueco que Iñigo Urkullu ha dejado en Sabin Etxea al trasladarse a Ajuria Enea. Una extraña nominación esta del nuevo presidente del EBB, al que, a día de hoy, es difícil calificar de «líder jeltzale» porque sigue cubierto por la sombra del ahora lehendakari. La tradicional bicefalia del PNV ha perdido fuerza, al menos de momento.
Por ahora, es mejor dejar las especulaciones a un lado y observar los hechos o, mejor dicho, las declaraciones de uno y de otro, que no tienen por qué ser divergentes, aunque a buen seguro tendrán matices más o menos «radicales» dependiendo del tono que utilicen sus adversarios, ya sean los que gobiernan en Madrid o quienes compiten por la gestión del poder en Euskal Herria.
Ayer hubo una gran movilización en Bilbo. El PNV, que no acudió, aseguró días antes que prefiere moverse entre bambalinas para que el Gobierno español cambie la política penitenciaria. Pero no ha puesto fecha.