Ortuzar asume la dirección del PNV con el mismo guión que Urkullu
El insólito hecho en la vida interna del partido jeltzale de que el presidente del EBB optara al cargo de lehendakari -y lo asumiera tras las elecciones de octubre pasado en la CAV- ha dado paso a un relevo anodino al frente del PNV. Sin candidaturas enfrentadas y sin participación del conjunto de la militancia en el proceso, Andoni Ortuzar fue nombrado ayer presidente del Euzkadi Buru Batzar.
GARA | BILBO
Andoni Ortuzar se convirtió ayer en el decimoctavo presidente del Euzkadi Buru Batzar, ocupando el hueco dejado por Iñigo Urkullu tras tomar posesión del cargo de lehendakari del Gobierno de Lakua. Los estatutos del PNV obligaban a relevar a Urkullu y dejaban abierta la posibilidad de iniciar el habitual proceso de elección, con la consulta al conjunto de la militancia. No obstante, la dirección del partido prefirió utilizar la vía más rápida: ha sido la Asamblea Nacional, integrada por un centenar de personas, la que ha ratificado la propuesta del EBB.
El hasta ahora presidente del Bizkai Buru Batzar, fue nombrado presidente del PNV con el apoyo de los 95 burukides que se reunieron durante la mañana en el palacio Euskalduna, en Bilbo, entre quienes se encontraban Iñigo Urkullu, Juan José Ibarretxe y José Antonio Ardanza.
El partido como herramienta
Tras la votación de rigor, Andoni Ortuzar tomó la palabra. Comentó que se sentía emocionado y ofreció un discurso en el que apenas se pudieron escuchar expresiones o ideas que no hayan sido las más repetidas por su antecesor en el cargo. Lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que Ortuzar y Urkullu han ido de la mano compartiendo prácticamente toda su trayectoria política.
Desde el estrado, Ortuzar resumió su credo político de forma clara y concisa: «Creo en el PNV para construir el mejor instrumento para construir la mejor Euskadi y llevarnos a la libertad como pueblo; y creo en la política como servicio y como compromiso; y creo en la democracia como la mejor manera de garantizar la convivencia y el futuro».
La nación vasca
El primer mensaje del nuevo presidente del EBB no solo analizó la situación en Euskal Herria, sino que también tuvo referencias a Catalunya, que en los últimos meses se ha convertido en epicentro mediático-político por la apuesta soberanista, que ha sido refrendada ampliamente por las urnas. Pero Ortuzar utilizó las habituales puntualizaciones jeltzales, por lo que incidió en utilizar los términos «nación vasca» o «pueblo vasco», y evitó hablar del «estado vasco» o, como hacen los nacionalistas catalanes, de «un nuevo Estado en Europa».
Así, arrancó su intervención asegurando que los jeltzales no van a parar hasta conseguir una Euskadi «libre», para lo cual se marcan como objetivo que la identidad vasca «prenda» en la ciudadanía hasta conseguir la «libertad absoluta de nuestro país».
«Somos un partido instrumento para construir la nación vasca. Y tendremos más nación cuantos más ciudadanos de nuestro país se reconozcan en esa identidad nacional vasca. Esa es nuestra misión -enfatizó-, junto con la de gobernar con eficacia y justicia social las instituciones por decisión popular».
En este contexto hizo el también habitual reproche a la estrategia de la izquierda abertzale y, más concretamente, a ETA. Dijo Ortuzar que nunca ha entendido que se pongan «bombas» para defender la libertad de un pueblo. Y buscando colocar al PNV en la centralidad del conflicto político, indicó que tampoco entiende «el miedo» a la libertad de quien «no quiere preguntar a su pueblo ni escuchar su respuesta».
Más adelante, mostró su intención de acordar con otros partidos y dijo que el PNV va a «contribuir a construir entre todos el futuro de un país en paz».
El modelo de Estado español
No habló el nuevo presidente del EBB de un estado vasco, pero sí de un modelo de estado. Subrayó que el actual modelo del Estado español «no vale» y abogó por hacer otro «mejor» y «cuanto antes». «El de hoy no vale para Euskadi, no vale para Catalunya, pero tampoco parece que vale para España. En el 78 no quisieron sumarnos al acuerdo constitucional; hoy, 35 años después, volvemos a mostrar nuestra disposición a hablar y, si es posible, acordar», añadió.
Para avanzar en esa dirección, hizo un ofrecimiento a las autoridades del Estado español sobre la base de «dos premisas básicas»: la bilateralidad, y el reconocimiento de la identidad nacional vasca y el derecho a decidir su futuro. «Esas son nuestras condiciones; en todo caso, el ofrecimiento está hecho y esperemos que no caiga en saco roto», advirtió.
«A este presidente y a este EBB nunca se le van a doblar las rodillas ante nada y ante nadie que se oponga a la voluntad de la ciudadanía vasca».
«En el 78 no quisieron sumarnos al acuerdo constitucional; hoy, 35 años después, volvemos a mostrar nuestra disposición a hablar y, si es posible, a acordar».