Ni directiva ni cuerpo técnico entienden la negativa del jugador
No se queda, se queda... no se queda
Cada vez toma más visos de realidad la salida del club de Amorebieta, que no acepta los 1,8 millones al año que le ofrecería el club.
Joseba VIVANCO
-¿Dónde intuye que jugará en los próximos años, a pesar de que acaba en 2013 y su cláusula de rescisión es astronómica?
-Nunca se sabe lo que puede pasar. De hecho ahí está el caso de Fran (Yeste), que ha sido siempre del Athletic y que lo ha dado todo por el Athletic. En un momento dado parece ser que no va a renovar o que el club no pone mucho entusiasmo en su renovación. Ni me imaginaba que Fran no iba a seguir vinculado al Athletic, y puede que al año que viene no lo esté. Al final, las cosas dan mucha vueltas y no sabes lo que puede ocurrir. El fútbol es así. (Diario As, abril 2010).
Efectivamente, el fútbol es así, y la tardanza en responder y las informaciones que trascienden apuntan a que Fernando Amorebieta, que respondía lo anterior en una entrevista en ``As'' en abril de 2010, no seguirá vinculado al Athletic más allá de junio próximo. El de Cantaura, que este mes de marzo cumplirá 28 años, está ante su último gran contrato, y las diferencias económicas entre lo que la entidad de Ibaigane ofrece -1,8 millones de euros- y lo que el jugador pretende -2-, se antojan irreconciliables. Así las cosas, o es cuestión de tiempo -de poco tiempo- que el presidente Josu Urrutia dé por amortizada esa oferta «indefinida», como dijo en diciembre, o quién sabe si optará por no poner fechas, no echar más leña al fuego y crear otro `caso Llorente' que repercuta en la grada de San Mamés y en un ya hastiado vestuario.
Regresó el viernes el central en ausencia del joven Laporte y lo cierto es que apenas tuvo presencia en los minutos que jugó, justo hasta que, en un cambio sorprendente, después del primer gol del Rayo, Bielsa le retiró y dio entrada a Gurpegi, con tímidos silbidos incluidos para el `vinotinto'. El técnico argentino dio una de esas explicaciones que no convencen a nadie y suenan a `castigo': «Lo vi volver con dificultad de una pelota detenida, pero cuando salió del campo lo hizo trotando normal. Entonces no le puedo decir que ha sido físico; porque creí que era físico, pero le vi después trotar normalmente».
No corren buenos tiempos para Amorebieta, por mucho que hace unos días mostrara su feliz paternidad en Twitter con su hija Oliva. En esta primera vuelta ha jugado 886 minutos, frente a los 1.315 de la pasada en ese mismo periodo, y a nueve días vista del próximo partido ante el Betis pocos dudan de que volverá al banquillo en favor de Laporte y un revitalizado Ekiza.
Como Llorente, Amorebieta parece tener la cabeza en otra parte. «Mi ilusión es seguir, las negociaciones van bien y han mejorado mucho la oferta, pero no es la única opción e igual toca esperar. No voy a negar que hay muchas, pero lo dejo en manos de mi hermano y solo me voy a centrar en jugar bien con el Athletic», han sido sus últimas y recientes palabras a un medio de comunicación venezolano, porque aquí, `de lo suyo', no habla... hasta que el Athletic le obligue, como a Llorente, a salir a la palestra. De momento, el club se guarda ese as.
No renueva, renueva
Fernando Amorebiera renovó en 2008, con una cláusula de 50 millones de euros. En diciembre de 2011, la Junta directiva de Josu Urrutia toma la iniciativa y propone al jugador que exponga sus pretensiones para seguir ligado al club más allá de 2013, algo inhabitual, sugerir condiciones a la otra parte en lugar de proponérselas directamente.
Tras la pérdida de las dos finales y la posterior marejada interna en el vestuario, con Javi Martínez y Llorente como protagonistas, irrumpe en escena un tercer actor, el propio Amorebieta, que según publicaba ``Deia'' el 13 de agosto «Tampoco quiere seguir». Ese mismo día, Urrutia lo desmiente: «No ha transmitido ninguna negativa a querer renovar. Con Amorebieta la negociación está abierta». En su día ``Deia'' informó que el futbolista, con una ficha anual cercana a 1,6 millones, pidió en un inicio 2,2 y el club ofertaba 1,7.
En medio de ese tira y afloja, en setiembre, ``El Correo'' asegura que Amorebieta «rebaja sus pretensiones para seguir en el Athletic», aceptando, se dice, la oferta final de los 1,8 millones pero reclamando una temporada más, seis en lugar de cinco. Sin embargo, el 11 de octubre, el diario ``Marca'' titula «Paralizada la renovación de Amorebieta», mientras días después, el 30, ``Deia'', que hasta la fecha había mantenido lo contrario, informaba ahora que «Amorebieta enfila su renovación».
Indefinida ¿hasta cuándo?
En noviembre se conoce que el jugador ha roto con su representante, Gorka Arrinda, y algunos lo interpretan como un gesto para acercar posturas con el Athletic y facilitar la renovación. Pero, al igual que se pensó que la reciente paternidad influiría en su deseo de seguir en Bilbo, parece que nada tenía visos de verdad. El 18 de diciembre, el presidente Urrutia confirma que la oferta sigue en firme. «El club le ha trasladado que es definitiva e indefinida y está a la espera de una respuesta por su parte. Nosotros no queremos meter prisa a nadie», zanjó.
El 31 de diciembre pasado, penúltimo capítulo del culebrón venezolano: ``Deia'' destapaba que el de Cantaura tiene «pie y medio fuera» al considerar «insuficiente la oferta» del club. Era la evidencia de que Amorebieta no está dispuesto a rebajar sus pretensiones y que ha logrado llegar al 1 de enero sin pasar el mal trago de Javi Martínez o Llorente, sin abrir la boca, sin escuchar pitos ni reproches y, lo que le es más favorable, libre para negociar con esos clubes que, asegura, están interesados en él.
Una negativa a seguir en Bilbo que en ni el club rojiblanco ni el cuerpo técnico entienden, por cuanto consideran que la propuesta económica que se le hace, pasando a ser el jugador mejor pagado del vestuario, es más que atractiva. Pero, por ahora, Amorebieta no ha dicho su última palabra. ¿Cuándo la dirá el presidente Urrutia?
El Athletic ha igualado su récord de goles en contra en una primera vuelta, 39, tantos como en la temporada 48-49, en aquella en 13 partidos. No cabe duda de que uno de los principales lastres del equipo radica en su endeblez defensiva y la facilidad con la que encaja goles. El conjunto vizcaino es, de largo, de muy largo, el que más disparos a puerta recibe. En esta primera vuelta contabiliza 290 remates en contra, cuando el siguiente equipo en esta negativa tabla es el Mallorca, con 243, y le siguen Espanyol, Deportivo y Granada.
Datos fríos pero que para nada esconden una escalofriante realidad: Iraizoz ha recibido 134 disparos entre los tres palos -en su favor hay que decir que es el octavo portero con mayor porcentaje de paradas-, pero es que el siguiente portero que más intervenciones ha tenido que hacer es Moya, del Getafe, con 99, Aouate, del Mallorca, con 90, y Cristian, del Espanyol, con 87. Cifras que lo dicen todo.
Pero el problema se agranda cuando, como el viernes, Marcelo Bielsa lamentó que «nuestras ayudas al rival a partir de errores propios son significativas». Son las excesivas concesiones que hace este equipo. En general ha recibido muchos remates, pero la cuestión es que cuando recibe pocos, como ante el Levante o el Rayo, sigue encajando demasiados goles. «Es la característica de las malas rachas que se extienden con el tiempo, entre otras tantas: generas muchas oportunidades para marcar pocos goles y el rival genera pocas oportunidades para convertir muchos goles», lo explicó el argentino.
Porque al Athletic le cuesta también un triunfo marcar. El inverosímil cabezazo de Llorente que se fue fuera a falta de seis minutos es la prueba evidente. Que Mikel San José sea el segundo mejor artillero dice mucho sobre ello. Sin embargo, hay muchos equipos con peores registros de remates a favor -Celta, Espanyol, Getafe, Granada, Levante, Mallorca, Osasuna, Valladolid, Zaragoza o incluso Valencia-. La pega es que rematar no es sinónimo de gol.
Otro par de datos estadísticos que juegan en contra del Athletic, y que se reflejaron también ante el Rayo: el 52,3% de las victorias en esta Liga se producen teniendo menos posesión que el rival, y el 53,8% de las victorias las logran los equipos que realizan más faltas. J.V.