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El PSOE pide ahora un cambio en la Constitución y veta el derecho a decidir

Una reforma constitucional «limitada» para mantener un sistema en grave crisis estructural. Esta es la propuesta política desgranada ayer por Alfredo Pérez Rubalcaba. Con estas bases, el PSOE inicia un proceso de «renovación» en el que no hay primarias a la vista.

Alberto PRADILLA | MADRID

«Limitada» es el calificativo que más repitió ayer el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, al describir la reforma constitucional propuesta en su Comité Federal. Un cambio «ponderado» que, según el líder de Ferraz, pretende atajar la crisis «política, social y territorial» que sufre el Estado español. Las demandas soberanistas en Catalunya están en el origen de un repentino federalismo que el PSOE trata de contraponer al «independentismo y el neocentralismo». Eso sí, mantiene su línea roja: el veto al derecho a decidir. Una cuestión que le enfrenta incluso con el PSC de Pere Navarro, que ha defendido su derecho a votar «no» en un referéndum sobre la independencia del Principat.

«Esta es una oferta del PSOE a Catalunya. Estamos dispuestos a abrir la Constitución pero no a tocar nuestro modelo de España», defendió Rubalcaba. Los cambios que propone se resumen en: reforma del Senado, delimitación de las competencias del Estado, incluir los elementos de financiación dentro de la Carta Magna, delimitar los mecanismos de «cooperación federal» e incorporar las comunidades al propio texto. Una propuesta federalista que Rubalcaba pretende que facilite el «encaje en España» pero que, de momento, no ha logrado convencer a la formación que le representa en el Principat.

«La democracia está herida»

El cónclave de ayer supone el punto de partida para un lavado de cara de un partido en decadencia. Por delante, cinco convenciones, un Consejo Territorial extraordinario y una Conferencia Política que marcará las líneas estratégicas. Por eso, la reforma planteada ayer no se limita al modelo de Estado. Aunque, al igual que ocurre con este, las primeras líneas maestras apuntan al continuismo. Pese a reconocer que «la democracia está herida» en el Estado español a causa de la corrupción, Rubalcaba dejó claro que no es partidario de «abrir un proceso constituyente». Su apuesta es «recuperar los consensos», sin renegar siquiera de una de las decisiones que más caro han pagado: la reforma constitucional pactada con el PP en 2010 que impuso la prioridad del pago de la deuda.

Lo que dejó claro el Comité Federal fue el férreo control que mantiene Rubalcaba sobre la dirección del PSOE. Ha decidido que no toca hablar sobre primarias y estas se han aplazado, posiblemente hasta después de las europeas de 2014. «Es cuestión estratégica», argumentó. Solo una de las 47 intervenciones insistió. Fue José Antonio Barrio de Penago, miembro de Izquierda Socialista. Su compañero Manuel Mata, de Corriente Socialista, también instaba a celebrar la consulta interna «lo antes posible» con un recado: «Pensamos que estas organizaciones duran toda la vida, pero no olvidemos lo ocurre con el PASOK»,

Lo que no trató el Comité Federal del PSOE fue el conflicto en Euskal Herria, pese a la histórica marcha celebrada ayer en Bilbo. Nadie hizo mención a este tema. Hacia dentro, Rubalcaba realizó una valoración que rozaba el triunfalismo cuando aseguraba que «estamos mejor que hace un año». Siempre, dentro de lo que ha denominado como «oposición responsable».

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