Los palestinos logran mantener el campamento levantado en el sector E1
Aunque la Policía israelí intentó desmantelar el campamento levantado en el sector E1, donde Israel pretende construir una colonia que dividiría Cisjordania en dos, los palestinos lograron mantener su protesta. El Tribunal Supremo israelí paró, de momento, el desalojo.
GARA | JERUSALÉN
Más de 200 palestinos resistían ayer en el campamento instalado el viernes en el lugar donde Israel prevé comenzar el polémico proyecto de colonización E1, que partiría Cisjordania en dos, a pesar de que as autoridades israelíes intentaron desmantelarlo.
«Miembros de la adminitración civil israelí en Cisjordania nos han dicho que teníamos una hora para evacuar», indicó Abir Copty, uno de los organizadores del campamento. «No tenemos intención de marcharnos», añadió.
El Ejército israelí levantó barricadas en torno al campamento compuesto por una veintena de tiendas y bautizado como «Bab al-Shams» (La puerta del sol), una réplica de cómo comienzan a construirse las colonias salvajes israelíes
La Policía israelí comenzó a distribuir órdenes de expulsión a los activistas declarando el sector «zona militar prohibida».
Recurso al Supremo
Pero una reclamación judicial consiguió que el Tribunal Supremo israelí suspendiera la orden. «Esta prescripción congela toda evacuación durante seis días a partir de la instalación del campamento, el viernes», explicó la activista Irene Nasser, que añadió que «la administración civil israelí considera que la decisión judicial solo concierne a las tiendas y no a las personas, por lo que intentó hacernos marchar». Al finalizar el descanso semanal judío, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó a las fuerzas de seguridad expulsar inmediatamente la concentración palestina. «A este efecto pedirá al Tribunal Supremo que anule su resolución de retrasar la expulsión», explicó su oficina. Responsables palestinos, como Mustafa Barghouthi, miembro del Consejo Legislativo Palestino, visitaron el campamento para apoyar a los participantes en esta acción. Desde Ramallah llegaron cientos de palestinos para llevarles mantas, agua y alimentos. A otros, como el negociador Saëb Erakat, les impidieron llegar fuerzas israelíes en un control. «Es bonito construir aquí un pueblo sin autorización de Israel. Estamos aquí para quedarnos», explicaba uno de los acampados.
«Los palestinos siempre somos pesimistas pero esta iniciativa nos da razones para ser optimistas», declaró Jhassan, un joven llegado de Ramallah. «Es un nuevo tipo de resistencia diferente a la resistencia armada o a la de las piedras», añadió.