El desmantelamiento ayer en Presevo, ciudad de mayoría albanesa del sur de Serbia, de un monumento a la guerrilla albanesa que se enfrentó a las fuerzas serbias entre 2000 y 2001 fue denunciado enérgicamente por las autoridades locales y puede elevar aún más la tensión en la zona y provocar un nuevo conflicto entre ambas comunidades. Belgrado había dado de plazo hasta el pasado miércoles a las autoridades locales para que retiraran el monumento, y desde entonces había aumentado la tensión y el temor a enfrentamientos armados.

Galip Beqiri, presidente del Consejo Nacional de los Albaneses en el valle de Presevo, que agrupa a los partidos albaneses locales, tachó el desmantelamiento ordenado por Belgrado de «vandalismo». Albania y Kosovo también lo condenaron.

«Este acto del Gobierno serbio pone en grave peligro el proceso de diálogo sobre la normalización de las relaciones entre Kosovo y Serbia, y Serbia será directamente responsable», señaló Pristina.

Por la mañana, Belgrado anunció la retirada del monumento «erigido ilegalmente» en noviembre en memoria de los veteranos del Ejército de Liberación de Presevo, Bujanovac y Medvedja, que luchó contra las fuerzas serbias por la anexión de Presevo, Bujanovac y Medvedja a Kosovo.

El desmantelamiento se llevó a cabo sin incidentes.