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REAL La afición blanquiazul vivió el partido y celebró el gol del triunfo con una alegría que nunca se había visto en el estadio

¿Qué ha cambiado en Anoeta para que ganar al Barça sea tan especial?

El donostiarra es el único campo en el que el Barcelona no ha ganado en las tres últimas temporadas y ha dejado de ser un equipo simpático para ser recibido como un enemigo. El club azulgrana nunca ha ayudado al blanquiazul y la gente está harta de la perfección.

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Joseba ITURRIA

El sábado se asistió en Anoeta a una fiesta que ningún realista olvidará. La Real no se jugaba más que tres puntos y su afición vivió el partido y celebró la victoria como nunca en un estadio que en sus primeros años era un campo amigo para el Barcelona y que ahora se ha convertido en un feudo hostil y que además se le resiste como ninguno.

El ambiente que se vivió en Anoeta es difícil de explicar porque los sentimientos no atienden a razones. Por un día la gente fue a Anoeta a disfrutar sin importarle el resultado. Los aficionados realistas acudían al estadio con la derrota asumida y al ver la alineación del Barcelona esa sensación aumentó.

Pero era el día de la fiesta donostiarra y la afición decidió ir a disfrutarla pasara lo que pasara. Ayudó que dos tamborradas amenizaran los minutos previos con una actuación que comenzó cuando el Barcelona salió a calentar ante una gran pitada, mayor que la que pueden recibir Madrid, Athletic o Atlético.

La Real jugó un primer tiempo malo en el que estuvo a merced del Barcelona, pero Anoeta celebraba hasta los saques de banda y animaba a su equipo cuando más inferior era. Se veía cerca el 0-3 y, sin embargo, la gente vivía el partido con una intensidad que empezó a dispararse cuando Chory Castro marcó el 1-2 y fue in crescendo hasta el orgasmo colectivo que siguió al gol de Agirretxe, que se celebró como ninguno en Anoeta.

Tras ver esa reacción uno se pregunta: ¿Por qué ganar al Barcelona se ha convertido en lo que más alegría genera a una afición que antes tenía al azulgrana como su segundo equipo por su animadversión al Real Madrid?

Posibles razones

Para entender el cambio de ambiente que se ha vivido en Anoeta con respecto al Barcelona hay que recordar que, a pesar de las simpatías que ha encontrado en Donostia, jamás ha ayudado a la Real. No ha venido ningún jugador azulgrana cedido desde que Jon Andoni Goikoetxea estuvo dos años para formarse dentro de la operación que llevó a Bakero, Begiristain y López Rekarte al Barcelona a cambio de 600 millones de pesetas y una Copa.

Mientras el enemigo anterior, el Real Madrid, accedió a venir gratis a disputar el partido del Centenario con la Real en Segunda y arruinada -ya vino antes en unas condiciones muy ventajosas a la inauguración del estadio-, el Barcelona puso la tarifa en la que cifra los bolos de su ramillete de figuras.

Eso ha influido en el final de la simpatía que antes despertaba en Donostia, pero sobre todo la gente está harta de la perfección que representa el Barcelona y de todo lo que le rodea. Su juego es tan perfecto que aburre porque el fútbol es un deporte de aciertos y errores y cuando hay un equipo tan superior que lo hace casi todo tan bien cansa.

Porque la gente está cansada de este fútbol en el que la diferencia entre cualquier equipo y el Madrid y, sobre todo, el Barcelona es tan grande que un aficionado acude al campo pensando que su equipo saldrá goleado y se pasará noventa minutos persiguiendo sombras.

Así fue la afición realista el sábado a Anoeta. Y cuando menos se lo esperaba no solo vio una victoria, disfrutó con una Real que fue superior en el segundo tiempo al mejor equipo de la historia. Por eso cuando Agirretxe marcó en el minuto 91 la fiesta de San Sebastián se desató en Anoeta. Y por eso el Ayuntamiento de Donostia quiso que la Real también pusiera el fin a la fiesta e invitó a una representación encabezada por Jokin Aperribay y varios jugadores a acercarse anoche a la Biblioteca Municipal para participar en la Arriada. La Real hizo que, a pesar de la lluvia y de la crisis, la fiesta fuera perfecta y, como la inició, debía estar en su final.

Una remontada más meritoria que las dos anteriores

Anoeta es el único campo de Primera en el que el Barcelona no ha ganado en las tres últimas temporadas: 2-1 (2010-11), 2-2 (2011-12) y 3-2 (2012-13). En los tres partidos el equipo azulgrana se puso por delante y en los dos últimos con dos goles de diferencia. La del sábado es la primera vez en Primera que la Real gana al Barcelona tras ir con dos goles de desventaja y el mérito es mayor.

En la 2010-11 Guardiola alineó tres titulares: Pinto; Montoya, Piqué, Milito, Fontás; Thiago, Xavi, Keita; Jeffren, Messi y Afellay. Thiago marcó el 0-1 (m.28) y cuando el Barça veía el partido ganado Ifrán (m.71) y Xabi Prieto (m.82) lograron el triunfo que rompía una racha que amenazaba el récord de imbatibilidad.

Al año siguiente Guardiola alineó a Valdés; Alves, Busquets, Fontás, Adriano; Xavi, Keita, Thiago; Alexis, Cesc y Pedro. Messi solo salió en el minuto 61 tras anular Agirretxe y Griezmann en sesenta segundos los dos goles de ventaja que había logrado el Barcelona en un partido similar que también pudo ganar la Real en dos remates en los últimos minutos. Pero lo del sábado fue diferente. Vilanova presentó su mejor equipo, no jugó con la suficiencia de los dos años anteriores y la Real hizo catorce remates, seis entre los tres palos, por ocho de su rival, tres a portería. En el segundo tiempo los azulgranas no crearon ninguna ocasión. En Barcelona se ha culpado a Undiano de la derrota, pero en las tarjetas benefició a los culés porque la expulsión de Piqué fue justa y perdonó la de Iniesta. Por eso hay que dar por buenas las palabras de Vilanova, que felicitó a una Real «mucho mejor que la del año pasado» por ganar por «méritos propios».    Joseba ITURRIA

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