LAGUNAK 2
RAYO VALLECANO  7

Y sin embargo se mueve. Como Galileo Galilei, en Barañain saben que, pese a la opinión general, la línea del equipo es ascendente. Lagunak sigue con su casillero de puntos a cero y la visita del Rayo Vallecano le supuso encajar ayer otra contundente goleada, sí, pero sigue ofreciendo signos de mejoría jornada tras jornada.

La mala noticia es que las distancias empiezan a ser considerables -siete puntos respecto al Llanos Olivenza y quince respecto al Collerense, que marca ahora mismo la salvación- y que el tiempo se agota, a más velocidad cuanto más se necesita -apenas restan doce jornadas por disputar, 36 puntos en juego-. La buena, que el equipo de Álvaro Meoqui visita el próximo domingo a su más directo rival, el Llanos Olivenza, y que esos apuntes para el optimismo pueden convertirse también, quizá, en los primeros puntos de la temporada.

Ante un adversario muchísimo más potente que el extremeño, Lagunak protagonizó un primer tiempo de toma y daca. Las amarillas pagaron caros sus errores defensivos, sobre todo a balón parado, ante un equipo de grandísimo potencial ofensivo. Pero también respondieron con rabia y juego, lo que les permitió celebrar dos tantos -solo habían marcado uno en las 17 jornadas anteriores, curiosamente ante otro equipo de campanillas, el Barcelona- y llegar vivas al descanso. De hecho, nada más adelantarse Paloma, Josune restablecía las tablas con un gol olímpico. E incluso después de que Jenni, Ale y Marta ampliaran distancias, el equipo amarillo siguió mirando al partido de cara y soñando con la campanada. El premio lo firmó Sara al filo del descanso.

Lamentablemente, el panorama cambió en la reanudación. Sobre todo después de que Natalia anotara el quinto para las madrileñas. La escuadra navarra lo vio, esta vez sí, imposible, las fuerzas fueron desvaneciéndose y el Rayo aprovechó para engordar la goleada.