Ya saben, Paolo Vasile es uno de esos señores que manejan tanto presupuesto y tienen tanto poder en el mundo del audiovisual sur-europeo, que cualquier cosa que diga hay que escucharla y analizarla con atención ya que siempre lo dice con triple o quíntuple intención. Entresacamos una frase de lo que dijo tras lo sucedido en directo en «El Gran Debate» y la amenaza de alguien de la directiva del PP mientras se estaba hablando del caso Bárcenas, de los sobresueldos en negro y toda esa mamandurria que tanto nos entretiene. «Me da más miedo la posible venganza del gobierno que la demanda del partido».

Y a las horas, la Audiencia Nacional confirma una multa de tres millones doscientos mil euros por no cumplir con los términos pactados en la fusión de Telecinco con Cuatro. Es decir, que si se fijan bien, en esos niveles de poderío, contactos, métodos que se aprenden viendo El Padrino, los mensajes y las amenazas o las venganzas son un juego sutil o una simple escalada de violencia en donde casi nada es casual. ¿Por qué dio manga ancha Vasile a que se dijeran todo lo que se dijo en el programa de Jordi González sobre la supuesta o manifiesta corrupción en el PP y sus aledaños? ¿No era una venganza preventiva para intentar buscar un arreglo económico con el gobierno tras la sentencia judicial? ¿O es al contrario?

Lo cierto es que actualmente hay un duopolio, pero el encabezado por Antena 3, es decir por el Grupo Planeta, dueño entre otros medios, del periódico marianista de extrema-derecha La Razón, puede ser el beneficiado de estas maniobras orquestales que se fundan en cuestiones pestilentes, económicas, pero que se alimentan de las corrupciones, los silencios, las complicidades. Al PP no le interesa tener a Mediaset enfrente, pero si le puede demostrar a través de sus instrumentos quién manda, lo puede hacer mucho más dócil, más a favor de la impunidad. Pero mientras tanto asistamos atentos a lo que va a ir sucediendo ya que se está jugando una partida política y económica muy importante. Y en la televisión generalista se dirimen muchas cosas más que en la TDT donde la fidelidad se resquebraja por momentos en ciertos sectores de la caverna que huelen el desastre.