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La subasta de la vivienda de una mujer de 77 años en Irun queda paralizada

A la espera de que se abra una negociación con Caixabank, la subasta del piso de Flor Grijalba fue ayer paralizada. La plataforma Stop Desahucios se mostró prudente ante la noticia y denunció que la intención de la entidad ha sido «ir a por la casa desde el primer momento».

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GARA | IRUN

«Su interés es quedarse con la vivienda y la paralización de la subasta es un alivio pero relativo». Estas fueron las palabras de Flor Grijalba, la vecina de Irun de 77 años a la que Caixabank pretende desahuciar de su vivienda, tras conocer la decisión de la entidad de paralizar la subasta prevista para ayer.

Aunque finalmente no se produjo la puja, Grijalba, acompañada de miembros de Stop Desahucios Bidasoa y vecinos de Irun, se concentró ante los juzgados de la localidad para reclamar la suspensión absoluta.

Tanto Grijalba como su abogada, Yolanda de Pablo, alertaron de los sombríos intereses de Caixabank en este caso. La afectada, que vive gracias a su pensión de 618 euros, ha llegado a esta situación al no poder responder ante un préstamo de 39.000 euros.

Grijalba solicitó dicho crédito personal a Caja Navarra (ahora Caixabank) para un negocio que por motivo de la crisis y una serie de circunstancias personales no consiguió salir adelante. A cambio de esa deuda, la entidad «quiere quedarse con un piso valorado en 197.000 euros», según la propia afectada.

Además, la letrada denunció las condiciones bajo las que Grijalba tiene suscrito el crédito. De Pablo calificó de «encuentro con el diablo» el contrato porque «era de solamente una cuota de 39.000 euros con un 5% de intereses ordinarios y de un 20% cada día que se retrasaba en el pago».

Ante la actitud negociadora que ahora muestra Caixabank, Stop Desahucios recalcó que, hasta la fecha, la entidad se había negado a aceptar cualquier propuesta realizada desde la plataforma, como seguir pagando la deuda con los medios a su alcance o el alquiler social. La mujer también se mostró dispuesta a dejar su vivienda en herencia al banco al no tener ningún familiar directo.

«Quieren dejarme sin nada»

«Caixabank quiere dejarme sin nada, porque he estado durante un año intentando llegar a algún tipo de acuerdo y ellos no han querido negociar. Siempre me daban largas», sentenció la afectada. En su opinión, el objetivo de la entidad era quedarse con la vivienda, por lo que mantuvo la prudencia ante la paralización del proceso.

La abogada detalló que no ha visto un contrato de estas características «ni en prestamistas privados», a lo que añadió que «es evidente que había intencionalidad por parte de la entidad bancaria de ir a por la casa desde el primer momento».

Ante los próximos acontecimientos, De Pablo se mostró esperanzada ante la posibilidad de que Caixabank realmente tenga voluntad de buscar una solución a este caso. Adelantó que por parte de la afectada van a presentar un escrito en el juzgado para pedir que, a partir de ahora y hasta que se llegue a un acuerdo, se paralicen los intereses de demora del 20% porque estos siguen corriendo».

Desde la plataforma antidesahucios, destacaron que la voluntad negociadora de Caixabank es consecuencia de la presión social y abogaron por seguir con las movilizaciones.

POR 39.000 euros

El préstamo que Caixabank concedió a Flor Grijalba y que ahora no puede pagar asciende a 39.000 euros. A cambio de la deuda, la entidad «quiere quedarse con un piso valorado en 197.000 euros».

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