Tratar de explicar la situación política en el reino de España utilizando a monos y chimpancés, es una buena idea, que han desarrollado con mucha eficacia y actitud crítica en «El intermedio» de La Sexta. De tal manera que desde que el PP es un ente a la defensiva, del que supura el pus de corrupción más conspicua, el crecimiento de audiencia de este espacio es imparable. Tanto que está superando a «El Hormiguero», que es justo lo contrario en cuanto a contenidos, pese a que forman parte del mismo grupo, Antena 3, con lo que se puede considerar que copan más de un veinticinco por ciento de la audiencia del principio del horario estelar. Una buena inversión.

Con su mini-serie «Monos y cristianos», han encontrado un filón. Probablemente un filón que se agota ya, pero que ha producido un gran impacto ya que han logrado a base de un excelente trabajo de buscar, seleccionar, cortar y pegar, contarnos la realidad con simios divertidos, vestidos de monarcas, con parecidos asombrosos con líderes políticos, y con un guión francamente excelente, lo que consigue que entendamos, otra vez, que la crítica política debe ser ácida, directa, sin remilgos, y que es muy sana para la salud mental de una parte de la ciudadanía. El programa del Gran Wyoming está creando adeptos. Está liderando esa franja horaria tan apetecible, y eso significa que tiene una influencia muy importante.

Yo he visto dos entregas del serial, la primera, la impactante, y la segunda, a modo de making off, donde salía Steven Spielberg como si fuera el director del mismo. Fantástico. Divertido, ocurrente, y sobre todo, con Dani Mateo y el conductor comentando lo visto, que son los que logran ese plus de conexión. Desde luego, Dani Mateo es uno de los puntales de esta etapa de «El intermedio». Cada vez más cachondos, porque se acercan a asuntos tan serios que es necesario desengrasarlos con un humor político reconocible en sus intenciones. Las monadas han sido un acierto, y eso que el vídeo de los guiños de Rajoy cuando miente es para repasarlo cada día. Ha tardado años en lograr esta madurez y esta aceptación, pero la constancia y el no cambiar de orientación casi siempre recibe premio.