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«El equipo es muy bueno, podría trabajar en cualquier estudio del mundo»
Lleva prácticamente toda su vida dedicado al arte y más de media en el mundo de la animación. Ha sido director artístico de Baleuko durante 12 años, desde donde ha concebido y diseñado los personajes y escenarios de más de 11 largometrajes.. Está nominado para el Goya a la mejor película de animación por su anterior trabajo, «The wish fish».
Ivan Oneka (Bilbo, 1975) lleva prácticamente toda su vida dedicado al arte y más de media en el mundo de la animación. Ha sido animador tradicional, storyboarder, animador stop-motion, escultor y pintor. Después de doce años en Baleuko, en la actualidad trabaja como freelance para los mejores estudios del mundo.
¿Qué supone para un profesional como usted que uno de sus filmes, «The wish fish», esté nominado para el Goya a la Mejor Película de Animación?
Es un reconocimiento, sobre todo, para el equipo. Más aún siendo una película que no estaba pensada para obtener grandes beneficios económicos. Es una película educativa, se intentó que fuera lo más divertida y, técnicamente, hecha de la mejor manera posible. Así las cosas, es un doble premio estar nominado junto a películas con un carácter más comercial
Cómo bien dice, «The wish fish» es un filme de carácter educativo. Durante su estancia en Baleuko, ¿han tenido ustedes en cuenta valores progresistas, humanistas, a la hora de armar las historias?
Siempre tienes la intención de incluir valores positivos porque el público al que van dirigidos estos trabajos es ese a partir de cinco años hasta adolescentes (en el caso de “Blackie eta Kanuto” la horquilla de edad sería más amplia) y de ahí esta tendencia por valores positivos. En el caso de “Blackie eta Kanuto” son el compañerismo, la tenacidad, la lucha por las ideas, la lucha por conseguir lo que se desea –que nadie te lo va a regalar; las cosas no vienen dadas por inspiración divina, hay que trabajar para lograrlo– ; también la amistad. Aunque esta película nueva sea de entretenimiento, sigue contando con ese fondo, con esa función de transmisión de valores. Nuestro objetivo es que la gente se lo pase bien; es, asimismo, una historia bonita, una historia divertida.
Compiten en el mercado de los largometrajes de animación con empresas muchísimo más grandes y que disponen de presupuestos astronómicos. ¿Dónde reside la competitividad de Baleuko?
Lo que ha habido en Baleuko durante todos estos años –y sigue habiendo– es un muy buen equipo de profesionales que podrían estar en cualquier estudio del mundo. Un equipo de excepción que ha realizado varias producciones en un tiempo récord –a base de horas, esfuerzo y trabajo– que, posiblemente, en otros estudios hubieran necesitado de presupuestos tres veces más grandes. Con el buen hacer, con el buen equipo que hay, se han podido conseguir películas muy buenas respecto al presupuesto con el que se disponía y al tiempo con el que se contaba para realizar estos trabajos.
¿Cuáles son algunas de las diferencias más importantes entre los trabajos realizados en Euskal Herria, en Europa, y los que vienen de EEUU?
En “Blackie eta Kanuto”, por ejemplo, hemos intentado hacer algo atrevido, con un toque europeo: ya hay demasiados estándares yanquis en las pantallas. Por otra parte, aportamos frescura al mercado. Nosotros no funcionamos con historias que se elaboran en base a los estudios de mercado con el objetivo de vender más entradas.
Después de todos estos años que ha trabajado en Baleuko, ahora colabora para diversos estudios.
Así es. De todos modos, lo único que, por ahora, puedo decir es que mi futuro apunta a poder trabajar en proyectos de primera línea en el plano internacional. A.H.