Tantos años entre la élite es sinónimo de muy buen hacer
Arnaitz GORRITI
Aunque el CAI Zaragoza parecía un rival asequible, lo cierto es que el Caja Laboral Baskonia debió emplearse a fondo para doblegar a su rival. Hasta que llegara el vendaval del tercer cuarto, la escuadra maña puso en jaque al Baskonia, y eso que este no jugó mal. A cada cual lo suyo, y al CAI Zaragoza, mucho respeto, que puso las cosas difíciles mientras supieron encontrar a Aguilar. Pero hay que reconocer que el Baskonia mostró recursos y se impuso con mucha solvencia a base de ellos. De hecho, ver que Heurtel, Causeur o Lampe eran los referentes principales, demuestra que en los despachos las cosas no se hacen mal del todo, a pesar de innegables errores. Llegar por duodécimo año consecutivo a las semifinales de Copa, está de más decirlo, es sinónimo de una trayectoria de muy buen hacer. Con jugadores, entrenadores y hasta pabellones distintos -o remozados-, la escuadra gasteiztarra sigue en la élite, al menos en la Copa, y nadie dice que no sea perfectamente capaz de llegar a la final del domingo. Pero claro, para ello tendrá que volver a hacer un nuevo ejercicio de buen hacer; algo de lo que parece casi sobrado.