La UE apoyará la restauración de la endémica turbera de la sierra de Ordunte
Diputación, Consistorio de Karrantza, ganaderos y ecologistas se han conjurado para preservar la singularidad de la sierra de Ordunte, la más occidental del país, con especies de flora poco comunes. Hasta 2016, la UE financiará al 50% un plan de conservación de sus turberas.Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Ordunte es la sierra más occidental de Euskal Herria, aunque su superficie no se encuentra tan solo en los límites geográficos de Bizkaia, ya que algunos de sus terrenos corresponden a Burgos y Cantabria. En territorio vizcaino abarca de los montes Kolitza al Zalama, en los municipios de Karrantza y Artzentales. Limítrofe con el Parque Natural de Armañon, es una zona incluida en la red ecológica europea Natura 2000 con especies de flora y fauna singulares y endémicos.
Conscientes de la importancia de ese Lugar de Interés Comunitario (LIC), la Diputación y el Consistorio de Karrantza, en colaboración con otras instancias, piensan desarrollar hasta 2016 un proyecto que contempla acciones de restauración de hábitats, al tiempo que se potencia un aprovechamiento sostenible de bosques y pastos por parte de sus habitantes. Para ello, se destinarán 2,5 millones de euros, financiados en un 50% por el programa europeo Life+.
El diputado vizcaino de Medio Ambiente, Josu Madariaga, aclaró ayer en la presentación de la iniciativa que la «amenaza más global» para ese entorno natural se deriva de la actividad ganadera. «Cambios en la gestión pastoril -el empleo de vehículos, por ejemplo- y la utilización de razas de mayor peso corporal suponen una presión difícil de soportar en determinados enclaves», explicó, antes de insistir en la necesidad de que los ganaderos se conciencien de que la preservación de su singularidad les beneficia. «Será un fracaso si no les involucramos en la tarea», confesó el responsable foral.
Madariaga reconoció que, tradicionalmente, los ganaderos del entorno han empleado el fuego para crear zonas de pasto, lo que ha mermado las formaciones arbóreas y arbustivas, «con el consiguiente deterioro y empobrecimiento del suelo». «Hay que evitar los riesgos», enfatizó, consciente de que los montes públicos han sido destinados durante siglos a la ganadería extensiva.
En uno de esos fuegos, rememoró, a final de la década de los 80, se dañó un 40% de la turbera de Zalama, lo que originó taludes por los que se ha perdido una importante cantidad de turba y agua por la erosión que produce el fuerte viento que reina en la zona y el pisoteo de los animales y los excursionistas. El fuego también ha recortado las extensas masas de robles y hayas, que es complicado regenerar en poco espacio de tiempo.
Madariaga insistió en que la actuación no solo está encaminada a mejorar el estado natural de la sierra de Ordunte, sino a que sus pobladores puedan seguir disfrutando de los pastos y bosques propios de entornos bien conservados. «Se van a implantar medidas de manejo del ganado que permitan la recuperación y permanencia de los enclaves higroturbursos, pero -apostilló- de manera compatible con la utilización de los pastos por parte de la cabaña ganadera actual».
«Esta mejora enriquecerá a la comarca con un patrimonio natural que servirá como reclamo a una población urbana que cada día demanda más espacios para el disfrute de la naturaleza, sobre todo en entornos próximos», señaló. El diputado dejó claro que no se trata de potenciar la llegada de muchos visitantes, sino que quien acuda pueda disfrutar de ese tesoro que es Ordunte.
La sierra de Ordunte posee una flora y una fauna poco comunes, similar a la que se localiza en Gran Bretaña, Escandinavia o el norte de Europa.