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Supera al Zaragoza en la clasificación

Eficacia probada en el fortín

Un tempranero gol de Kike Sola y la habitual fortaleza defensiva permiten el tercer triunfo seguido en casa.

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OSASUNA 1

ZARAGOZA 0

 

Asier AIESTARAN

Osasuna logró su tercer triunfo consecutivo en el fortín de El Sadar ante un Zaragoza al que supera en la clasificación. Sus 25 puntos en la tabla le permiten contar, además, con un colchón virtual de cinco puntos respecto al descenso, a la espera de lo que haga hoy el Mallorca en Valencia. Y lo mejor de todo, la sensación de que este equipo sabe a lo que juega, tiene las ideas claras, y progresa positivamente.

José Luis Mendilibar apostó finalmente por alinear a Lolo y Oier en el doble pivote -dejando al «Gato» Silva en el banco- y colocar a Nino en la media punta. Se supone que el técnico de Zaldibar buscaba la combinación ideal de potencia y creatividad en el centro del campo, y lo cierto es que las cosas no se le pudieron poner mejor al conjunto rojillo desde el arranque.

Cuando apenas se habían cumplido tres minutos de juego, tras un par de intentos del Zaragoza, Kike Sola adelantaba a Osasuna con espléndido testarazo casi desde el punto de penalti. El centro de Damià fue bueno, pero el remate del ariete cascantino dejó boquiabierto a todo el mundo, incluído a Roberto, el meta visitante.

Con el resultado a favor, el planteamiento de los navarros cogía más fuerza todavía. El equipo se arrejuntaba en la zaga y se disponía a aprovechar las contras que permitiera la escuadra maña. Así, Nino, también de cabeza, y Cejudo, con un espectacular zurdazo que se marchó al lateral de la red, estuvieron cerca de marcar el segundo, un tanto que habría significado dejar el choque prácticamente sentenciado en 15 minutos.

El Zaragoza, no obstante, se rehizo a partir de ese momento, y apretó de lo lindo a los locales en una fase de buen juego. Con el joven Rubén Rochina, llegado en el mercado de invierno, como principal estilete, los maños comenzaron a combinar y a crear buenas ocasiones. Las dos primera fueron de Paco Montañés, primero con un centro muy peligroso y después con un lanzamiento bastante lejano que no encontró portería.

Pero la jugada más polémica llegó en el minuto 28, cuando Henri Bienvenu dejó en evidencia la extrema lentitud de Miguel Flaño, al que no le quedó más remedio que agarrarle de la camiseta. Vio la amarilla, pero la tarjeta pudo ser prefectamente de otro color. Y con el susto todavía en el cuerpo, fue Rochina el que disparó con peligro a puerta para que Andrés se volviera a lucir bajo los palos.

Silva vuelve a deslumbrar

Poco amigo de las florituras, Mendilibar movió ficha en el descanso, dando entrada al «Gato» Silva para reforzar el centro del campo -quitó a un Cejudo poco activo que tenía una amarilla, adelantó a Oier a la media punta y mandó a Nino a la banda-. No obstante, lejos de maniatar el encuentro, el comienzo de la segunda parte dio para algunas de las mejores ocasiones del choque. Dos de Osasuna: Kike Sola no llegaba primero a un buen centro de Armenteros, y poco después era Oier el que no remataba la jugada del delantero. Por parte del Zaragoza, Rochina mandaba fuera su disparo tras una jugada colectiva maña.

Tras la locura inicial, llegó la calma, aparente, en gran medida porque el carrusel de cambios cortó el ritmo del partido, realmente trepidante hasta entonces, y también porque el colegiado Velasco Caballo se volvió loco, llegando a mostrar hasta catorce tarjetas amarillas, la mayoría de ellas sin ningún sentido. La gente se fue hartando y por poco no se le fue el partido de las manos al madrileño.

En lo puramente deportivo, la peor noticia fue la lesión de Damià a falta de diez minutos. Fue la peor porque, tras dos claras ocasiones de Silva y Nino -actuación majestuosa la de ambos-, el libre directo de Apoño en el 94 no entró por los pelos. Alegría y tremendo subidón.

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