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La antipolítica populista centra la campaña electoral italiana

Italia celebra el domingo y el lunes unas elecciones legislativas en medio de una incertidumbre creciente por la escasa credibilidad de los partidos tradicionales, que podría beneficiar el voto protesta de la lista del antipolítico y populista Beppe Grillo y, en su caso, forzar una coalición en torno al centro entre el otrora comunista Pier Luigi Bersani y el tecnócrata Mario Monti.

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Françoise KADRI (AFP) | ROMA

Según los últimos sondeos disponibles, el centro izquierda de Pier Luigi Bersani tendría una exigua ventaja de entre 2,5 y 4,5 puntos sobre la lista de la derecha de Silvio Berlusconi, que iba repuntando en las encuestas.

Pero el anuncio sorprendente de la dimisión del Papa Benedicto XVI ha puesto todo patas arriba, dejando en un segundo plano las entrevistas y los shows políticos gracias a los cuales Il Cavaliere - propietario de un inmenso imperio mediático- había logrado una remontada espectacular desde diciembre.

«El anuncio del Papa ha bloqueado el viento a favor que insuflaba las velas de Berlusconi y le ha restado espacio y visibilidad, a lo que se ha sumado San Remo», señala el politólogo Roberto D´Alimonte en referenia al festival de la canción que todas las noches siguen 11-15 millones de telespectadores.

Y es que Italia vive en efecto una campaña anodina en la que los candidatos han puesto todas sus esperanzas en la televisión y en internet. Al punto de que el actual primer ministro tecnócrata, Mario Monti, lleva insistiendo días en proponer un debate ante las cámaras.

El centro-izquierda parte como favorito con el 33-34% de sufragios, lo que es poco pero suficiente para augurarle una confortable mayoría en la Cámara de los Diputados gracias al sistema electoral en vigor.

Una de las grandes incógnitas reside en el resultado final del cómico devenido en político Beppe Grillo quien, al frente del Movimiento Cinco Estrellas y con sus propuestas de reducir de forma drástica el número de parlamentarios, ayudar a las pyme y garantizar un ingreso mínimo a los parados, logra en las encuestas un 14-18% de intención de voto.

De todos los candidatos, es el único en sobreponderse al frío y a la luvia con dos o tres mítines cotidianos en un Tsunami Tour en autocaravana que llena las plazas de la península. Para el profesor D´Alimonte, «es posible que logre finalmente el 20% de votos, igualando al PDL de Berlusconi».

El desfondamiento de Monti

El resultado de Monti, a la cabeza de una coalición de centro-derecha, es también una incógnita. Las encuestas le auguran un 10-14%, pero como jefe del Gobierno saliente es responsabilizado de la crisis que asola a Italia, con una fuerte contracción del PIB (-2,2% en 2012).

Las elecciones se jugarán sobre todo en el Senado, donde la ley electoral prevé una prima mayoritaria por región, la Alianza PDL-Lega Nord (28,5-30,5% a nivel nacional) se ha lanzado a la batalla para mantener su feudo de Lombardía, así como para impedir que el centro-izquierda consolide su mayoría en todas las regiones incorporando Sicilia, Venecia y Campania.

El experto politólogo asegura que «últimamente, Grillo roba votos a Berlusconi y a la Liga» y no solamente al centro-izquierda, sobre todo tras los escándalos que han salpicado a líderes de la derecha como al presidente de la región de Milán, Roberto Formigoni (PDL). Este fenómeno podría favorecer una victoria de Bersani en las dos cámaras» pronostica D´Alimonte, que advierte de que «todavía hay un 10% de verdaderos indecisos».

En todo caso, siempre quedaría una coalición Bersani-Monti, quien podría entrar el Gobierno como ministro de Economía o asumir la presidencia del Senado. Eso crearía problemas de cohabitación entre Monti y Nichi Vendola, aliado clave del PD de Bersani y jefe del partido SEL (Izquierda y Ecología). El propio Monti ha reconocido que él y Vendola están «a años luz en términos de visión del mundo».

En tres meses, Italia cambia de Parlamento, Gobierno y presidente

Italia se va dotar de aquí a mayo de un nuevo Parlamento, un nuevo Gobierno y un nuevo presidente de la República. El mandato de un parlamentario dura cinco años, frente a los siete del del jefe de Estado.

Las legislativas elegirán dos cámaras que tienen exactamente el mismo peso en la vida política italiana, pero no están regidas por las mismas reglas electorales. En la Cámara Baja (630 escaños) obtiene automáticamente la mayoría absoluta el partido o coalición que logre aunque sea un solo sufragio más que el segundo más votado.

En lo que respecta al Senado (340 asientos), la prima a la mayoría es atribuida a nivel de cada una de las 20 regiones, haciendo complicada toda previsión sobre la composición final de la Cámara. El número de senadores elegido por cada región depende de los habitantes y va desde el único senador atribuido al Val d´Aosta y los dos senadores de Molise a los 47 de Lombardía, pasando por los 22 de Piamonte. Según los últimos sondeos, todo se jugará en cuatro regiones en disputa (el centro-izquierda es favorito en el resto): Venecia, Sicilia, Campania y sobre todo la rica Lombardía.

El centro-izquierda de Bersani debería lograr la mayoría absoluta en la Cámara de los Diputados. Pero no la tiene asegurada en el Senado por la popularidad de la derecha en las regiones decisivas. En caso de necesidad, los analistas dan por prácticamente segura una alianza entre Bersani y Monti.

En mayo, el Parlamento procederá a la elección del nuevo presidente de la República, habida cuenta de que el septenato de Giorgio Napolitano toca a su fin. El presidente es elegido por una asamblea de grandes electores, compuesta por el conjunto de diputados y senadores a los que hay que añadir tres delegados por cada región italiana y uno por el Val d´Aosta.

El papel del presidente de la República es secundario en el sistema parlamentario italiano, pero tiene un papel crucial en ciertas circunstancias: en noviembre de 2011, Napolitano decidió no disolver el Parlamento y optar por un Gobierno de tecnócratas.

Los analistas dan por seguro que el ex primer ministro Romano Prodi será aupado a la Presidencia si no hay sorpresas y el centro-izquierda gana los comicios. No en vano ha hecho campaña al lado de Bersani. GARA

Berlusconi y Bersani temen fugas de votos por sus flancos respectivos

Las dos grandes coaliciones podrían verse debilitadas por candidaturas que van mucho más allá de sus programas electorales y podrían atraer a parte de sus electorados.

El PD de Bersani puede sufrir una fuga de parte de su electorado desencantado en favor de Rivolucione Civile, del exjuez anti-mafia Antonio Ingroia. Los sondeos le auguran un 4,2% de votos, resultado ajustado pero suficiente para entrar en la Cámara Baja. Pero, con su campaña contra la corrupcíon y su reivindicación de ser la única izquierda, visible tanto en la composición de la coalición (en la que participan los comunistas) como en su programa antiliberal, puede ser un verdadero revulsivo para el voto de izquierda que recela de una componenda Bersani-Morsi.

Ya en el capítulo de las excentricidades, el dandy Oscar Giannino, quien con un 1% en los sondeos defiende el ultraneoliberalismo, podría impedir a la coalición de Berlusconi ganar en Lombardía. Periodista de economía y fundador del partido Hacer, defiende las privatizaciones salvajes y cuenta con apoyos en la gran empresa. GARA

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