REPASO A LA POLÍTICA GENERAL EN EL CONGRESO ESPAÑOL
Los grupos abertzales instan a Rajoy a dar pasos pero el PP sigue inmóvil
La resolución del conflicto vasco llegó al Congreso español en la segunda jornada de debate. Amaiur, PNV y Geroa Bai instaron al presidente español a «dar pasos» que respondan al nuevo ciclo. Rajoy respondió con un discurso dirigido a contentar a su ala más inmovilista. Las intervenciones también abordaron las consecuencias. Los jelkides piden un nuevo estatus y la coalición soberanista, derecho de autodeterminación.
Alberto PRADILLA | MADRID
Hizo falta esperar hasta ayer, segunda jornada del «Debate sobre el Estado de la Nación» para que la resolución del conflicto vasco y el nuevo ciclo político llegasen al Congreso español. Con distinta intensidad, los portavoces de PNV, Amaiur y Geroa Bai instaron a Mariano Rajoy a dar pasos adecuados a la nueva realidad abierta en Euskal Herria. El presidente español, sin embargo, sigue inamovible. Crecido, pese a la corrupción que asola al PP, insistió en el discurso de su ala más dura y se limitó a exigir que ETA se disuelva.
El PNV, que abrió la sesión, fue el primero en apelar a Rajoy para que se reubique. Tras el cese definitivo de ETA, Aitor Esteban consideró que ahora «es necesario procurar los elementos necesarios para afrontar la definitiva pacificación pero sobre todo la reconciliación». Rajoy no se dio por aludido. Con la misma brevedad que el jelkide, alabó el papel del Gobierno de Lakua y reiteró que el único paso que espera es la decisión de la organización armada de disolverse y su anuncio público.
Tras Esteban, fue el turno de Iker Urbina, diputado de Amaiur. Este reclamó «reconocimiento y reparación para el 100% de las víctimas» y volvió a tender la mano para la búsqueda de una resolución al conflicto. «De Fernando Buesa, de Jorge Díaz, de Jon Anza, de Joxe Arregi, de los cientos de personas que han sido torturados en comisaría y de todas las personas que han sufrido, 100% de memoria», reivindicó el electo abertzale. Ante el nuevo tiempo abierto en Euskal Herria, insistió en reclamar «pasos» para «facilitar el camino a una paz justa y duradera». «No espere ni un minuto más para modificar la política penitenciaria que sigue vulnerando derechos fundamentales», defendió Urbina. También Uxue Barkos, en los pocos minutos que le reserva la superpoblación del Grupo Mixto, apuntó en el mismo sentido.
Rajoy no se salió del guión y apenas aportó unas frases que parecían más dirigidas a su propio sector ultra. A la diputada de Geroa Bai ni le mencionó en sus palabras sobre resolución. Frente al de Amaiur, enumeró condiciones de reconocimiento del daño causado, arrepentimiento «por la actuación de los suyos», perdón a las víctimas y demanda a ETA para disolverse. Obviando incluso las iniciativas desarrolladas por la izquierda abertzale en el último año, el presidente español concluyó: «no es de los más indicados para dar lecciones de democracia».
Fraga y las torturas
«No vengo a dar lecciones de democracia, sino a exigirla. No admito lecciones de ética de un partido cuyo presidente honorífico es Manuel Fraga, ministro con Franco y que murió sin dar explicaciones. Tampoco de quien fue ministro de Interior y calló ante denuncias de torturas», respondió Urbina. «Su problema no es ETA», reiteró el diputado abertzale, quien instó al jefe de Gobierno a «pedir perdón» por el daño causado por el Estado. Pese al inmovilismo exhibido por Rajoy, el diputado abertzale insistió en su «mano tendida». «Se lo demanda la mayoría social vasca», reiteró.
Además de las consecuencias, en el debate también aparecieron las causas del conflicto, agravadas con la crisis estructural del Estado español. Aitor Esteban abogó por un «nuevo marco» para vascos y catalanes. Además, alertó sobre los planes del PP para «recentralizar» aprovechando la excusa de la crisis económica.
Unas intenciones que también observa Urbina. Aseguró que Madrid puede convertirse en «Estado fallido» y consideró que «su problema es el déficit democrático». Además, abogó por iniciar una «segunda transición» pero que, en este caso, sea «democrática» e incluya el derecho de autodeterminación.
El siguiente paso será el próximo martes, cuando se voten las resoluciones presentadas por todas las formaciones. Tienen hasta hoy a las 12.00 horas para registrarlas. Entonces, el proceso vasco volverá a estar encima de la mesa. Amaiur presentará un texto donde defiende abordar las «consecuencias» y las «causas». Desde el PNV, se aboga por la discrección. Aunque la mayoría absoluta del PP le permitirá tumbar cualquier tipo de iniciativa.
La denuncia de torturas por parte de Amaiur provocó los abucheos de la bancada del PP. Incluso una diputada llegó a increpar a Urbina cuando ocupaba el estrado, preguntando en voz alta «¿de qué torturas habla?»
El debate se cerró con una larga ovación de los diputados del PP al presidente español, Mariano Rajoy. Este, que ha salido crecido, afirmó que no modificará su línea económica y seguirán las reformas.
Mariano Rajoy no logra sacudirse la trama Bárcenas. Tras eludir su nombre en el Congreso español, los medios publicaban por la tarde que el extesorero firmó ante notario una lista con los principales donantes del PP entre 1994 y 2008. El documento refleja los «ingresos obtenidos por el concepto de donativos y su correspondiente aplicación en concepto de gastos» y firmado poco después de que la Audiencia Nacional española recibiese la información sobre los 22 millones que el extesorero acumulaba en Suiza. Diversos medios apuntaban a que esta maniobra habría sido realizada para garantizarse un salvoconducto ante una posible imputación.
El nerviosismo de Rajoy ante la corrupción es evidente. Ayer, insistió en no mencionar a su excolaborador, aunque sí que entró al trapo en su debate con el PNV. «Esas personas hace tiempo que no tienen cargos en el PP», aseguró el presidente español. Mentía. Bárcenas siguió con despacho y sueldo en Génova hasta hace un mes. A.P.
Si mañana se celebrase un referéndum de autodeterminación en Catalunya, el 54,7% de los ciudadanos votaría a favor de la independencia, el 20,7% votaría en contra y un 17% se abstendría. Al menos eso se desprende del primer barómetro publicado por el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat, publicado ayer. El 71,2% de los catalanes cree, además, que el Principat ha conseguido un nivel de autonomía insuficiente. Algo que se traduce en un 46,4% de catalanes que apuestan por un Estado independiente y un 22,4% que desea un Estado propio encajado en una España federal.
Teniendo en cuenta que no deja de ser una encuesta, el resultado mostraría de esta manera el compromiso de los catalanes con el proceso soberanista, en el que los casos de corrupción y escándalos como el del espionaje no tendrían el efecto deseado desde el Gobierno español. De hecho, el barómetro coincide con el anuncio de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) de una nueva hoja de ruta que deberán aprobar en el próximo congreso nacional, previsto para el 16 de marzo. La hoja de ruta se hace eco de la aceleración observada en el proceso y propone como fecha límite para celebrar la consulta de autodeterminación el 31 de mayo de 2014.
Pero a quién sí parece que pasa factura la crisis y los casos de corrupción es a CiU, que según el barómetro, se ve sobrepasada por primera vez en su historia por ERC en intención directa de voto. Concretamente, la encuesta sitúa la intención de voto de los republicanos en un 20,9%, mientras que la derecha nacionalista se queda en un 19,3%.
Pero los convergentes no son los únicos afectados por la crisis de legitimidad que afecta al sistema político tradicional tanto catalán como español, ya que las dos fuerzas hegemónicas en el Estado español también bajan. El PSC cuenta con apenas un 6,6% de intención directa de voto, mientras que el PP se queda con un marginal 1,8%. Por contra, los partidos hasta ahora minoritarios crecen: 9,5% para ICV-EUiA, 4,4% para la CUP y 4,2% para Ciutadans. Unos datos que no sorprenden si tenemos en cuenta que 84,9% de los encuestados se siente poco o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia.
Pero según el CEO, estos porcentajes no serían trasladables al Parlament que se formaría tras unas elecciones. Después de pasar los datos por la `cocina', el reparto quedaría así: CiU seguiría ganando pero a costa de perder bastante diputados, ya que se quedaría entre 40 y 42 -ahora tiene 50-, ERC conseguiría 27-28 -frente a los 21 actuales-, el PSC se mantendría como tercera fuerza con 19-20 escaños -ahora 20-, el PP bajaría de los 19 actuales a 16-17, ICV-EUiA se mantendría entre 12 y 13 -ahora 13-, Ciutadans seguiría subiendo hasta 11-12 -tiene 9 en la actualidad- y la CUP mantendría su proyección ascendente, pasando de los tres diputados que tiene ahora a 4 o 6.
Pese a servir para hacerse un mapa general de la política catalana, el barómetro del CEO no deja de ser una encuesta, que, como el resto, ya falló a lo largo de la campaña electoral catalana, cuando acercaban a CiU a la mayoría absoluta. Basta resaltar, por ejemplo, que según el barómetro solo un 10,7% de los catalanes se siente de centro-derecha o de derecha, en un país donde, sin embargo, gobierna CiU. Beñat ZALDUA
Ante la demanda del PNV para reunir la comisión mixta sobre el cupo de la CAV, Rajoy señaló que espera que este año pueda llegarse a un acuerdo para el quinquenio 2012-2016, prorrogado desde el año pasado.
Uxue Barkos (Geroa Bai) denunció el empobrecimiento que han provocado las políticas del PP y consideró que estas merecen, especialmente en Nafarroa, «pase foral. Acatar pero no obedecer».
