GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

CRÓNICA | gala de los Óscar

Los Óscar más repartidos, en el año de «Los Miserables»

Los Óscar del 2013 se quedan sin una película claramente ganadora, en una edición muy repartida en premios, hasta el punto de que en una categoría concreta se llegó a conceder uno exaequo.

p006_f01.jpg

Mikel INSAUSTI

La ceremonia de los Óscar del 2013 no va a pasar a los anales, porque no hubo nada sobre el escenario del Teatro Kodak, rebautizado para la ocasión como Dolby por cuestiones contractuales, que la vaya a hacer perdurable. El Trending Topic de la noche en Twitter fue el polémico vestido de Prada que lucía Anne Hathaway, lo que da una idea muy ilustrativa del escaso interés de la información puramente cinematográfica. El reparto de premios fue bastante, nunca mejor dicho, miserable.

Es como si la cotización de las estatuillas estuviera a la baja, puesto que el respaldo a la ganadora del Óscar a Mejor Película resulta a todas luces insuficiente. «Argo» no convence como teórica triunfadora con esas tres estatuillas, una por debajo de las conseguidas por «La vida de Pi». Parece que los recortes también han llegado a la Academia de Hollywood, y que sus académicos más veteranos se han sentido identificados con la imagen ad hoc para tiempos de crisis brindada por el deprimente musical «Los Miserables».

El colmo de las rácanas medidas de austeridad es el medio Óscar concedido a «La noche más oscura» de Mejor Montaje de Sonido, que bien cabe interpretar como un voto de castigo. Aunque es cierto que la película en su proceso de producción tuvo el apoyo de la administración Obama, después no gustó la utilización de la información oficial obtenida.

El retrato realista y objetivo de los métodos de tortura aplicados por la CIA se queda sin recompensa, mientras que sí la obtiene «Argo» al mostrar más bien lo contrario. La película de Ben Affleck trata a los agentes de la CIA de ingeniosos y heroicos, en un registro maniqueo mucho más al gusto de la industria del entretenimiento estadounidense.

La sensación que queda al día siguiente es un poco la de que ahora mismo en Hollywood no saben por dónde tirar, pues ni creen del todo en sus viejas vacas sagradas ni tampoco apuestan decididamente por los nuevos valores. Spielberg ya no tiene el poder de antaño con sus dos Óscar, uno de ellos cantando para Daniel Day-Lewis como Mejor Actor; pero tampoco el cine independiente termina de desplazar a grandes producciones históricas como «Lincoln», que en otros tiempos eran las que acumulaban estatuillas doradas en sus carteles.

La película del año de bajo presupuesto ha sido «Bestias del Sur Salvaje», que a la hora de la verdad se ha ido de vacío a casa, con una presencia en la gala para olvidar en lo relativo al demencial look diseñado para la actriz infantil Quvenzhané Wallis, que debió de confundirse de vestido con la octogenaria Emmanuelle Riva.

Los otros premios

Menos mal que la nota positiva la puso el Óscar de Mejor Documental obtenido con toda justicia por «Searching for Sugar Man», a destacar en sentido alternativo junto con el adjudicado a «Amour» como Mejor Película de Habla No Inglesa. Era el momento de la consagración de Haneke, lo que dejaba sin opciones al chileno Pablo Larrain, autor de la no menos premiable «No». Pero el cine chileno no se ha quedado sin nada, gracias a que Claudio Miranda se ha hecho con el Óscar de Mejor Director de Fotografía por «La vida de Pi». Es, junto con el de efectos especiales, también para la película de Ang Lee, el premio más ecuánime en el apartado técnico.

En una gala dedicada al género musical, seguramente para paliar la ausencia de números coreográficos de «Los Miserables», cobró especial relevancia el apartado dedicado a los temas principales de la saga Bond. Si por algo sobresale su última entrega es por el cuidado puesto en los títulos de crédito y en los arreglos de la canción «Skyfall», defendida por una Adele que coincidió con la mítica Shirley Bassey, lo que puede intimidar a cualquiera. Sin embargo, el directo es el directo, y ahí la edad juega en contra de las estrellas de ayer, lo que se pudo comprobar con la actuación de una Barbra Streisand a la que se le está apagando la voz. Por el contrario, a Catherine Zeta-Jones se la vio plenamente recuperada.

Dejo para el final el comentario del debut como presentador de Seth MacFarlane, al que se ha culpado en parte del tono gris de la ceremonia. En honor a la verdad hay que aclarar que no pudo salirse del guión, debido a que a los organizadores no les agradó nada la edición de Ricky Gervais, cuando el humorista inglés se dedicó a improvisar con total libertad.

Consecuentemente, al creador de «Ted» no estaban dispuestos a dejarle el más mínimo espacio para ser lo incisivo e irreverente que es él, y apenas si se metió con un feliz Quentin Tarantino, ganador a título personal del Óscar al Mejor Guión Original, a cuenta de la cantidad de veces que se repite en sus películas el termino despectivo nigger («negro), y «Django desencadenado» no es precisamente la excepción.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo