Una pregunta de EH Bildu desvela que ertzainas asistieron a cursos de Hellín
El lunes, al Departamento de Seguridad no le constaba ninguna relación de la Ertzaintza con Emilio Hellín, ultraderechista condenando por la muerte de Yolanda González. Ante la pregunta de EH Bildu en el Parlamento, a última hora apareció un curso de cuatro agentes.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Cuatro agentes de la Unidad de Policía Científica de la Ertzaintza participaron en noviembre de 2008 en un curso de 45 horas impartido en Madrid por la empresa New Technology, siendo uno de los instructores Emilio Hellín, el ultraderechista condenado por la muerte en 1980 de la militante del PST Yolanda González. Hellín se llama ahora Luis Enrique y la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, explicó ayer que la Policía autonómica no investiga a quienes les imparten cursos.
El diario «El País» publicó el pasado domingo que Emilio Hellín, tras haber cumplido 14 años de una condena de 43, con evasiones y permisos incluídos, actuaba ahora como asesor e instructor en materia de investigación criminalística electrónica de la Guardia Civil y otras policías, entre ellas la Ertzaintza.
Al día siguiente, GARA se puso en contacto con el Departamento de Seguridad, que respondió que no habían encontrado ningún tipo de relación entre la Policía autónoma y Hellín, sus socios o las empresas para las que trabajaba.
El curso del currículo de Hellín
Sin embargo, en víspera de que la consejera tuviera que comparecer en el Parlamento para responder a una pregunta de EH Bildu sobre la materia, se desveló que cuatro agentes de la Ertzaintza habían participado en 2008, cuando Javier Balza era consejero de Interior, en un curso organizado por la empresa de Hellín.
Se trató, según explicó la consejera en la Cámara, de un curso de 45 horas sobre «obtención y análisis de datos almacenados en dispositivos de telefonía móvil y recuperación de datos borrados». Lo llamativo de la tardanza del Departamento de Seguridad en dar con este dato es que en el currículo de Luis Enrique/Emilio Hellín, se detalla que la Ertzaintza participó en su «Curso de Análisis Forense de Sistemas Telefonía Móvil y Obtención de Evidencias Digitales».
Estefanía Beltrán de Heredia respondió a EH Bildu que en el Departamento «no existe ninguna relación contractual ni con la empresa a la que hace referencia la información periodística, ni con el instructor o el especialista al que hace mención en su pregunta».
Fueron los agentes interesados quienes buscaron y encontraron la empresa que podía dar formación sobre la materia requerida y, tras comprobar que la empresa había trabajado con otras policías, se autorizó su participación en el curso y, una vez concluido, se les pagaron los gastos.
Crítica de Julen Arzuaga
El parlamentario de EH Bildu, autor de la pregunta, consideró «decepcionante la pasividad del Departamento de Seguridad» por no haber actuado con más diligencia cuando se conoció la posible relación de la Ertzaintza con el asesino de Yolanda González. Denunció que «no haya hecho nada ni haya dado ninguna explicación pública» hasta que no ha tenido más remedio.
Arzuaga considera negligente que la Ertzaintza no se informe sobre quién imparte los cursos a los que asiste.
EH Bildu denunció la impunidad con la que en el Estado español se han movido personas implicadas en casos de terrorismo de estado o de tortura, siendo en ocasiones ascendidos o condecorados.
Diez millones de pesetas (60.000 euros) era el precio que cobraban los mercenarios del GAL por cada encargo de matar a una persona, según revela uno de ellos, Paulo Figueiredo, en el documental «Terra de Ninguém (Tierra de Nadie)», que la directora portuguesa Salomé Lamas presentó en el pasado Festival de Cine de Berlín.
El documental recoge una larga entrevista a Figueiredo, actualmente un sin techo de Lisboa y que además de en el GAL actuó como mercenario en Angola, Mozambique y Zimbabwe. Figueiredo fue condenado en 1991 por el Tribunal de Pau a quince años de prisión por el atentado contra el bar Batxoki de Baiona.
Entonces, tanto el presidente del tribunal como el fiscal y el abogado del mercenario portugués dieron como probado que fueron los policías españoles José Amedo y Michel Domínguez quienes pagaron a Figueiredo, según informó «El País».
En el documental de Lamas, Figueiredo intenta presentar su trabajo de asesino a sueldo como normal, llegando a compararse con una persona que acude a la oficina diariamente de de ocho de la mañana a cinco de la tarde. «No te interesa quién mandó la carta ni nada de nada. Haces tu trabajo y ya está. No quieres saber nada más», señala. «Cuando tengo que matar a alguien, pongo un precio en función de quién sea. En el caso de los GAL eran diez millones de pesetas por muerto», explica. Sin embargo, el mercenario intenta justificar su participación en la guerra sucia en Ipar Euskal Herria, destacando que odia «a los cobardes que matan inocentes. Si la Justicia no permite matar a alguien, tiene que haber una solución». Martxelo DÍAZ
El curso sobre obtención y análisis de datos almacenados en dispositivos móviles coincide con el que en el currículo del propio José Enrique (Emilio) Hellín se decía que había participado la Ertzaintza.
