El Carmelo Balda donostiarra, un frontón especialmente largo y pesado para esto de la pala, repartirá hoy sus primeras txapelas mundiales entre dos parejas que ya saben lo que es imponerse en este campeonato. De hecho, Gaubeka-Aierbe pondrán en juego el cetro mundial que consiguieron el año pasado en Mungia, mientras que Fusto-Larrinaga pretenden hacerse con unas txapelas que ya se calaron en la edición de 2008. El festival arrancará a las 17.00 horas, será retransmitido en directo por ETB-K, y los aficionados que quieran acercarse tendrán la entrada gratuita al frontón.

El cambio de ubicación ha sido la principal novedad de este Mundial de Parejas y, desde luego, la aclimatación a un frontón con unas características muy diferentes al de Miribilla, donde se ha recogido la modalidad del leño durante estos últimos años, se ha notado. Además de poseer 17 metros más de longitud -55 de la cancha donostiarra por 38 la bilbaina-, el recinto de Anoeta posee un frontis muy lento y un suelo muy rápido en el que los palistas han sufrido.

Solo un set cedido

No parece ser este el caso de Fusto-Larrinaga, que se presentan en la final tras protagonizar una primera fase inmaculada, en la que ganaron los cuatro partidos disputados, cediendo un solo set, precisamente el que sus rivales de hoy, Gaubeka-Aierbe, les quitaron en el partido disputado el 9 de febrero. Pese al 3-1 final, fue un partido bastante reñido, en el que fueron empatados a un juego y con 8-8 en el tercer set.

No obstante, lejos de tranquilizarlos, este es un factor que desagrada a Koldo Larrinaga. «Hemos llegado con bastante facilidad a la final, y es algo que personalmente no me gusta demasiado, ya que entre nosotros hay un dicho que dice que el que llega a la final sin perder ningún partido suele tener problemas. Pero bueno, vamos con toda la confianza y de juego estamos bien, sobre todo mi compañero Pablo, y a ver si podemos mantener el ritmo que hemos llevado hasta ahora en la final», señaló a Euskadi Irratia.

En el caso del vizcaino y el guipuzcoano, no comenzaron bien la liguilla, pero su rendimiento ha mejorado mucho a medida que ha avanzado la competición y el jugar una semifinal -cosa que Fusto-Larrinaga no hicieron al clasificarse directamente- puede haberles resultado beneficioso para ir ganando confianza.

La final, es lo suyo, se presenta muy dura y abierta si bien es cierto que entre los aficionados hay una tendencia favorable hacia Fusto y Larrinaga. No obstante, el factor campo estará con la otra pareja, ya que Mikel Aierbe no quiere dejar pasar esta oportunidad de calarse la txapela tan cerca de su casa y con los suyos poblando las gradas.