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DERBI EN EL SADAR

El Athletic tira de eficacia frente a un Osasuna que mereció mucho más

El Athletic, pese a llegar en menor medida al área rival que Osasuna, se hizo con tres puntos vitales para aliviar la complicada situación en la que se encontraba inmerso. El derbi fue un encuentro en el que los merecimientos no se plasmaron en el marcador, pues los anfitriones dispusieron de más y mejores lances que, unas veces Iraizoz, y otras la falta de puntería, no fraguaron del lado rojillo en un encuentro que tuvo un ambiente de gala.

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OSASUNA 0

ATHLETIC 1

 

Natxo MATXIN

El derbi fue un balón de oxígeno para el Athletic y un recordatorio para Osasuna de que va a tener que remar considerablemente en lo que resta de campeonato, aunque esta labor se puede adjudicar a ambas escuadras vascas tras lo que se pudo ver en el verde de El Sadar. Pese a ganar, los rojiblancos dejaron una imagen de bastante endeblez en la parcela zaguera, mientras que los rojillos siguen demostrando que el gol es su rémora, pese a que dejaron buen sabor de boca con su fútbol.

Con dos estilos completamente diferentes, el Athletic tratando de salir con el balón jugado y Osasuna expectante al fallo, a salir rápido y, en caso contrario, apurando el envío directo, fueron los rojillos los que mayor peligro llevaron ante un Iraizoz que, lejos de acusar su última suplencia, se reivindicó con varias paradas de mucho mérito.

Fieles a la filosofía de su míster, los vizcainos acusaron sobremanera la poca fiabilidad que mostraron cada vez que quisieron salir con la pelota desde atrás. Un déficit del que los de Mendilibar sacaron partido hasta el punto de acumular cinco ocasiones claras en la primera media hora. Solo el guardameta de Antsoain evitó en última instancia que los anfitriones se adelantasen merecidamente en el electrónico.

Paradas decisivas

El festival del cancerbero rojiblanco se inició cuando firmó un paradón a tiro colocado con la zurda de Kike Sola (m.5) y el inmediato cabezazo de Flaño a la salida del posterior corner. También estuvo bien colocado a un disparo de Armenteros (m.20) y decisivo nuevamente cuando sacó como pudo un testarazo a bocajarro de Oier (m.26) a la salida de otro saque de esquina. A ello hubo que sumar dos chuts de De las Cuevas que se marcharon arriba.

Todo un bagaje local como para inaugurar el marcador, mientras en el Athletic iba decayendo el ritmo -poco a poco fue perdiendo también la posesión- y conseguía concretar su primera aproximación pasada la media hora cuando Aduriz se encontró en el segundo palo con un buen centro (m.34), pero sin poder dirigir su remate de cabeza ante la oposición de Marc Bertrán.

Una correría de Laporte desde su posición, pero que acabó en nada al fundírsele los plomos al joven central cuando llegó al área osasunista, puso fin a una primera parte marcada por el tibio y estéril dominio bilbaino y la mayor profundidad navarra, aunque sin acierto de cara a puerta.

Gol a la segunda

La tónica no varió en demasía tras pasar por vestuarios, pero en esta ocasión el Athletic, a diferencia de lo que venía realizando, no dejó desaprovechar el único lunar que tuvo la zaga rojilla. Damià se durmió en un centro con el exterior de Ibai desde la izquierda y ello lo aprovechó con efectividad Susaeta para alojar el balón en las redes.

El marcador no hacía justicia a lo visto sobre el césped, pero confirmaba, una vez más, el dicho de que el que perdona la acaba pagando. El tanto del eibartarra hizo variar los papeles de ambas escuadras, metiendo Mendilibar dos hombres ofensivos -Masoud y Joseba Llorente- y Bielsa apuntalando su defensa con la entrada de Ekiza y la retirada del campo de De Marcos.

El Athletic se atrincheró atrás, con alguna que otra escapada de Ibai, y Osasuna buscó el empate con ahínco, pero con menos cabeza de la necesaria. Pese a ello, los navarros aún dispusieron de lances como para haber sumado un punto que hubiese hecho justicia al devenir del derbi. San José obstaculizó lo justo un remate dentro del área de Arribas que ya se colaba, seis minutos después del 0-1, y Joseba Llorente no llegó por muy poco a un buen centro de Marc Bertrán a nueve minutos del final.

Sin embargo, el empate no acabó de llegar, pese a que la grada también empujó lo suyo, pero los de Bielsa apretaron los dientes y, aunque no defendieron con orden, les bastó con acumular hombres atrás. Exultantes, los rojiblancos celebraron por todo lo alto la consecución de los tres puntos, mien- tras la afición rojilla reconocía con un aplauso el esfuerzo de sus jugadores, quienes ayer no tuvieron su día.

 

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