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Ruta Donostia-Orio: la costa, más cerca de las personas

El proyecto de acondicionar toda la costa de Gipuzkoa para el disfrute de los caminantes dará un nuevo paso con un acuerdo suscrito entre el Ayuntamiento de Donostia y el Gobierno español para mejorar la ruta entre la capital y la villa de Orio.

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Imanol INTZIARTE

El Ayuntamiento de Donostia y el Ministerio español de Medio Ambiente han alcanzado recientemente un acuerdo para acondicionar la senda costera entre la capital guipuzcoana y Orio. Son más de trece kilómetros y medio de recorrido que dan continuidad al tramo Hondarribia-Donostia, puesto a punto por la Diputación de Gipuzkoa durante la pasada legislatura. Un proyecto denominado Talaia y cuya vocación es llegar hasta Saturraran, cubriendo toda la costa del herrialde.

Será el Ejecutivo español el que se hará cargo de los alrededor de cuatro millones de euros que costará este camino, que en su mayor parte discurrirá cercano a la costa y a escasa distancia del mar. Se retoma así un proyecto puesto en marcha por el Ejecutivo de Odón Elorza. El Consistorio donostiarra cederá al Ministerio algunos terrenos de propiedad municipal, no cobrará tasas por las licencias para las obras y se encargará en el futuro del mantenimiento del sendero.

La Junta de Gobierno Local estimó oportuno «informar a Igeldoko Herri Kontseilua de la cesión de terrenos para que esta entidad pueda colaborar a la hora de lograr las autorizaciones pertinentes de los propietarios privados de terrenos que se vean afectados por el proyecto». Ricardo Burutaran, concejal de Urbanismo, apuntó que «se trata de un proyecto muy atractivo para Donostia, porque refuerza el enlace costero con Orio. Desde el inicio de la legislatura hemos estado trabajando en este proyecto porque coincide con nuestro modelo de desarrollo. Además, se trata de un paso importante para Donostia, ya que posibilita la entrada de inversión muy importante a la ciudad».

No ha faltado quien haya comparado de manera crítica esta actitud favorable frente al rechazo a la pasarela de Monpas. Sin embargo, la postura del Ayuntamiento no constituye ninguna sorpresa. Cabe recordar que poco después de tomar posesión de su cargo, en julio de 2011, el alcalde, Juan Karlos Izagirre, ya rechazó este último proyecto -con un coste de unos nueve millones para 700 metros de longitud- porque supondría «un desastre ecológico en la zona», al tratarse de «una gran estructura anclada en los acantilados que conlleva una alteración del entorno natural».

En esa misma comparecencia, Izagirre trasladó al Ministerio de Medio Ambiente su intención de impulsar el proyecto para «acondicionar el paseo natural que une la playa de Ondarreta con Orio», que según criticó se encontraba «paralizado» porque el gobierno anterior del PSE «llevaba más de un año y medio sin trasladar ninguna respuesta al respecto al Ministerio».

«Actitud respetuosa»

Rifirrafes políticos al margen, Axier Jaka, concejal de Medio Ambiente, destacó que la ciudadanía podrá disfrutar de un entorno privilegiado: «La naturaleza es uno de nuestros grandes patrimonios y este tipo de proyectos permiten que la ciudadanía se acerque a los mismos. Además, esa cercanía y ese conocimiento hace que protejamos y aprendamos a cuidar nuestro entorno. Quienes hagan uso de esas sendas tienen que tener una actitud extremadamente respetuosa con todas las especies que habitan en ese entorno y sus habitat».

Tres son las vías principales que atraviesan Igeldo de este a oeste. La más cercana a la cresta cimera es la carretera asfaltada, que arranca en el barrio del Antiguo a la altura del albergue La Sirena y desciende a la rotonda junto a la estación de peaje de Orio.

Los dos senderos peatonales son el Camino de Santiago y la GR-121 (Vuelta a Gipuzkoa). Ambos comparten el primer tramo, que también se aprovechará para el nuevo trazado. La ruta arranca al final de la playa de Ondarreta. Por el camino de Marbil se alcanza la urbanización Erregenea y más arriba se llega a la bifurcación hacia el parque de atracciones, junto al hotel Leku-Eder.

Tras unos metros por la acera, el nuevo camino descenderá hacia Tximistarri, desde donde transcurrirá paralelo y cercano al mar hasta la playa de Orio, coincidiendo en muchos casos con la GR-121. La senda tendrá una anchura de entre 1 y 1,5 metros, con un firme de gravilla. Se colocarán pasarelas de madera para superar las regatas y algún paso complicado -destaca una laja colgada sobre el mar equipada actualmente con un cable- y además están previstos tres miradores y un área de descanso con mesas y bancos a mitad del recorrido. Por su parte, el Camino de Santiago continúa más arriba, a media ladera, y tras pasar Ventas de Orio y junto a la cima de Kukuarri baja por la ladera sur hacia el centro de la localidad costera.

Sendero Talaia

Cuando finalice este proyecto ya se habrá adecuado el trayecto entre Hondarribia y Orio. El sendero costero, bajo el epígrafe de Talaia, comenzó a acondicionarse durante la pasada legislatura de la mano de la Diputación de Gipuzkoa y Kutxa. Las obras entre el puerto de Hondarribia y el caserío Justiz -debajo del Santuario de Guadalupe- comenzaron en 2009. Posteriormente se completó el camino hasta Pasai Donibane.

Este tramo se inauguró a finales de julio de 2010, con la presencia del entonces diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano (PNV), y el presidente de Kutxa, Xabier Iturbe. El dirigente jeltzale destacó «la espectacularidad del pasillo litoral guipuzcoano» en general y Jaizkibel en particular con «paisajes singulares, espacios naturales protegidos, áreas de interés naturalístico y geológico, como por ejemplo el castillo de San Telmo, el faro de Higer, los arroyos y regatas, la gran riqueza faunística y de vegetación, el puerto de Artzu, o los pastos».

Respecto a las tareas de acondicionamiento, resaltó «el cuidado que se ha tenido», ya que «se han reducido al mínimo las afecciones al entorno y, en gran medida, se han aprovechado sendas preexistentes», todo ello con el objetivo de «mostrar nuestra costa desde una perspectiva en muchos casos desconocida».

El camino está pavimentado con una grava de tono amarillo y con pasarelas y barandillas para ayudarse en los lugares más complicados por la presencia de agua, barro, piedras... Además los desniveles son pequeños, por lo que se trata de senderos aptos para todos los públicos que pueden recorrerse en parte o en su totalidad, en función de las apetecencias y las capacidades físicas. A lo largo del trayecto se han instalado paneles didácticos respecto a diversos temas como el contrabando, la caza de la ballena o los naufragios habidos en esta costa.

Iñurritza o la Senda Litoral

Más allá de Orio, también se han realizado actuaciones por ejemplo en el biotopo de Iñurritza, en el extremo este de la playa de Zarautz, junto al campo de golf. En sus 51,7 hectáreas de superficie conviven tres ecosistemas diferentes: los acantilados, las marismas y las dunas. El visitante también podrá disfrutar del cargadero de Mollarri, remozado y abierto al público en marzo de 2011.

El mineral de hierro extraido en Asteasu llegaba por el cielo a través de un cable de once kilómetros de longitud y en este punto era almacenado y cargado en los barcos para su trasporte. Fue puesto en marcha en 1906 y realizó su función hasta 1925. El Ministerio español de Medio Ambiente invirtió cerca de 1,4 millones de euros en recuperar este espacio y los alrededores.

Hacia el norte se puede enlazar, cruzado el Bidasoa, con la senda litoral que recorre la costa labortana desde la playa de Hendaia hasta la desembocadura del Adour. El camino atraviesa parajes como el domino de Abbadie, la cornisa hasta Sokoa, la bahía de Donibane Lohizune, Getaria o las numerosas playas de Biarritz y Angelu.

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