Rubén Díaz vuelve de nuevo a estas páginas para presentarnos la «cosecha» que ha recogido de su visita a la zona bloquera de Almenara (Castellón). Durante sus tres semanas de estancia, el escalador bilbaino se hacía entre otros bloques estrellas con la primera repetición de «Tiempo hostil sit» (8b) y con las aperturas y primeras ascensiones de «Laurok» (8b+) y «Kemena» (8c).

Este último bloque se convierte en su primer 8c. Grado extremo conseguido en muy poco tiempo, lo que demuestra su gran estado de forma.

En pocas palabras, Díaz se pasaba por Almenara mostrándose fiel a su estilo y filosofía: visita a una nueva zona, apertura de proyectos, compartir nuevas experiencias con sus colegas de viajes y apretar mucho.

Comentábamos que era su primera aparición por esa zona castellonense pero, en sí, ya se pasó por allí en setiembre del 2011, auque de forma muy fugaz: «Miguel Navarro me enseñó la zona. Con 37 grados a la sombra suficiente era con respirar. Yo apenas escalé. Como digo, era una zona que ya existía, pero está todo por descubrir y merece mucho la pena. Están saliendo muchas líneas de mucha calidad», explica el bilbaíno.

Díaz estaba metido de lleno (y sigue) con un proyecto propio de Baltzola. Un proyecto tan exigente que le llevó a bajar hasta seis kilos de peso. Como es habitual, en esa progresión de pegue y pegue hubo momentos de todo tipo. Para no desmotivarse y poder seguir apretando se decantó por una zona nueva o un lugar que conociese poco. Y Almenara fue su destino.

Motivación, mucha motivación, y dos colegas para compartir nuevas experiencias: Berto Rocasolano e Iker Arroitajauregi. Durante las tres semanas de estancia, el trío se despachó a gusto. Cada uno con «intereses» y proyectos propios.

En el caso del bilbaíno, como ya adelantábamos, destacan dos bloques de cosecha propia: «Laurok» y «Kemena».

Cinco estrellas

Según nos adelanta Díaz, la zona se separa en dos partes. Por un lado, una cueva, y por otro una montañita de bloques sueltos. Para el protagonista de estas líneas, «Laurok» y «Kemena» son las dos líneas más evidentes de la cueva mencionada: «Nada más entrar en ella son las primeras que te pegan al ojo. Recorren un miniarco para terminar con una salida de mantle, formando unas líneas muy estéticas. Ambos bloques terminan igual, con la diferencia de la entrada sentado que no comparten». En definitiva, tal y como aclara Díaz, se trata de una escalada muy física y técnica a la vez.

Dos bloques que comparten el mismo escenario. Sobre «Laurok» afirma que es una línea cinco estrellas para la que ha propuesto 8b+. Un nuevo bloque de esa graduación para su libreta; y ya son unos cuantos. Como dice el especialista, la guinda o bloque estrella ha sido «Kemena». Y así la presenta: «Es un bloque explosivo de fuerza de dedos, pasos físicos y tensión corporal. Empiezas con seis movimientos de canto grande, pero raros. No entiendes por qué, pero si no `corres' y no los haces bien te `tocan'. De golpe coges un cuchillo con mano izquierda (me abrió la yema del índice) para subirte el pie alto a la mano derecha. Coges con esta un apoyo lateral y pegas un arreón dinámico a otra regleta-taco que es difícil cogerla en su sitio. Es importante retener aunque sea un pie, para luego coger una invertida de muñeca revirada, y de ahí volar de pies aguantando una puerta para subierte un talón derecho pegado a la mano. Una vez así, bloqueas el brazo derecho y juntas manos en punto cero manteniendo el equilibrio para, por último, salir por un mantle que no será más de 7b, pero que conviene controlarlo para no liarla».

Sobre la graduación de «Kemena», Díaz la considera 8c; es decir, su primer bloque de ese grado: «Respecto a los números, es lo que creo. En esta última racha he tachado los últimos cuatro 8b+´s en dos y tres días, y casualmente eran de gente con más experiencia como Robinson y Pou. Creo que esta línea está bastante por encima de cualquier bloque que haya hecho o repetido».

De esta forma, Díaz presenta al bloque «Kemena» como la segunda propuesta de 8c de Euskal Herria y la cuarta del Estado español. De esta forma, el especialista de bloque sigue progresando no solo como escalador sino también en el grado extremo. Y, como señalábamos, quizás lo que más llame la atención, aparte de crear proyectos propios, es que los bloques duros que prueba los firma en muy pocos días. Y estamos hablando de 8b+ y 8c.