Realizando este recorrido, podremos subir a tres montes puntuables en el entorno más salvaje que os podáis imaginar, Mioma, un perdido y encantador pueblo de Valdegobia. Ese entorno tan deshumanizado es lo que le da ese encanto tan especial. En la aproximación también es de destacar la Colegiata del pueblo de Valpuesta, lugar donde se encontraron los primeros escritos de castellano y digna de visitar.

Desde Mioma cogemos la única pista que sale dirección este. Dicha pista pasa por al lado del cementerio y muere en unas piezas. Avanzamos por el borde que forman las dos piezas del final de la pista, llegando así a la ladera del monte Rodil. Lo que ahora nos toca es avanzar dirección oeste campo a través por un pinadi hasta salir al filo del monte Rodil. No os preocupéis si os desviáis unos cuantos metros al norte o al sur, ya que al final saldréis al filo. Dicho filo tiene una langa en su borde, tomamos dirección sur y, en cuanto veamos un paso, atravesamos dicha langa. Solo nos resta avanzar por un bonito, pero empinado, sendero que nos deja en el monte Rodil (1.031 m).

Por cierto, según estamos avanzando por dicho sendero, veremos una curiosa cueva justo al lado de la cumbre.

Ahora lo que nos toca es desandar nuestros pasos hacia el norte hasta el paso de la langa. Allí volvemos a atravesar dicha langa y continuamos dirección norte, teniéndola ahora a nuestra izquierda. Y de esa manera, tan simple como genial, seguimos hasta casi llegar a la siguiente cumbre (jamás había utilizado una langa durante tanto tiempo como referencia). Poco antes de llegar a la cima, debemos atravesar de nuevo la langa y avanzar por una pista hasta llegar al cortado norte que forma la montaña. Aquí giramos a la izquierda en dirección oeste hasta la cima del monte Risca (1.003 m).

Volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo al final de la langa (donde se junta con el cortado). La atravesamos y seguimos por el cortado dirección este. De esta manera, llegamos a una larra desde donde se ve un bonito sendero que baja por la cara norte del Risca. Nosotros no lo cogemos y seguimos dirección este para en breve toparnos con una pista.

La citada pista rodea un embalse y al poco rato se nos aparece una desviación a la derecha marcada con un mojón. Dicha desviación nos llevaría directamente a Mioma. Pero como nosotros hoy vamos a hacer triplete, seguimos la pista por la que íbamos sin salirnos. De repente la pista deja de bordear hacia el este para bajar hacia el sur. Así es como llegamos al collado este, entre el monte Risca y Raso.

Pasamos de nuevo otra langa y seguimos dirección sur ascendiendo suavemente. Mientras subimos, podemos deleitarnos con la visión del encantador castillo de Astulez, en un alto inexpugnable. También cabe destacar que, casi al final de la ascensión, el bosque cambia de pino a haya. La pista hace una suave ese y llegamos al filo. Una vez en dicho filo, torcemos a la derecha, dirección oeste, llegando así a nuestra última cumbre, el monte Raso (1.046 m).

Para terminar, aquí os dejo dos opciones, una bastante más «jabalí» que la otra. La primera consiste en volver por donde hemos venido hasta el Collado este. Desde ahí sale una pista muy marcada dirección oeste que nos deja en Mioma.

La segunda, en cambio, es bastante más abrupta, pero nos permite disfrutar de nuevos paisajes. Consiste en seguir desde la cumbre dirección oeste por el filo. Cuando lleguemos al final del filo, bajamos dirección norte por un cortafuegos que nos deja justo en el pueblo de Mioma. Zuek zeuek.