Las banderas brasileña y de Río de Janeiro ondean desde las 10.20 de la mañana de ayer en señal de que el área, que estaba dominada por organizaciones criminales, se encuentra ahora bajo control de las autoridades.

Cerca de 1.400 efectivos, en su mayoría del cuerpo de élite de la Policía Militar de Río de Janeiro, apoyados por agentes de la Policía Civil y por unos 200 fusileros navales, participaron en la operación, que contó con la ayuda de 17 blindados de la Marina y de un helicóptero.

Las fuerzas de seguridad ocuparon el complejo de favelas e ingresaron en la vecina Barreira do Vasco en menos de media hora y sin violencia, según la versión ofrecida por los portavoces de la Policía Militar.

«Llegamos de madrugada y el ambiente que encontramos fue muy tranquilo. Estamos siempre preparados para hacer frente a situaciones de peligro. El objetivo es minimizar el riesgo para la población», dijo el capitán Alexandre Lima Ramos, citado por la estatal Agencia Brasil.

El programa de recuperación de las favelas, para garantizar la seguridad en los grandes eventos internacionales que se celebrarán en Río de Janeiro en los próximos años, comenzó en diciembre de 2008 y hasta ahora ha conseguido implantar 31 cuarteles policiales en diferentes barriadas antes dominadas por el crimen organizado. «Es el renacimiento de una región. Yo vi aquella región crecer con la violencia después de ser uno de los barrios más importantes del siglo XIX», dijo el gobernador Sergio Cabral sobre la operación. «Las políticas de seguridad liberan a las comunidades del poder paralelo».

22.000 personas

El Complejo de Cajú está formado por 13 favelas en las que habitan unas 16.000 personas, según las autoridades, y está ubicado entre la zona portuaria de la ciudad y la Línea Vermelha, vía expresa que conduce al aeropuerto internacional Tom Jobim de Río de Janeiro.

La Barreira do Vasco es una barriada menor, formada por tres favelas en las que habitan unas 6.000 personas.