Derrota en Málaga
Se deja demasiado para Ulm
Un mal inicio, las 17 pérdidas y la ausencia de rebote condenaban a los bilbainos, que aun así pelearon.
UNICAJA 63
UXUE BILBAO BASKET 59
Arnaitz GORRITI
Uxue Bilbao Basket se dejó la fuerza y su mejor baloncesto para el duelo de mañana en Ulm. Los hombres de negro pagaron con la derrota el afrontar un partido que no pudieron evitar jugar. El 21-7 adverso de inicio, la enorme diferencia reboteadora -46 para Unicaja, 33 para los vizcainos- y las 17 pérdidas fueron las principales claves para salir derrotados de Málaga y dar aire de cara al final de Liga regular a un triste Unicaja.
«Al final ha sido un partido igualado, pero nuestro mal inicio ha sido decisivo», reconocía el propio Fotis Katsikaris, triste tanto por la derrota como por el pésimo arranque de sus muchachos. «Luego hemos reaccionado y por momentos defendimos muy bien. Pero luego, en el último cuarto, cuando necesitábamos romper el partido, hemos estado lentos. Parados y sin fluidez, y en un final igualado, cada detalle cuenta. Hemos cometido un error en el último triple de (Krunislav) Simon. Lo hemos dejado solo y la ha metido», añadía el técnico heleno.
Aquel triple ponía a Unicaja por delante 59-53, después de que el citado Simon y Andy Panko desnivelaran la balanza desde la larga distancia.
Un duelo en el que Raül López no jugó, en el que Hervelle y Pilepic ofrecieron sus peores prestaciones, y en el que Rakovic fue el único reserva capaz de aportar anotación con 11 puntos. Los chispazos del mencionado Rakovic y Hamilton, más la buena actuación de Vasileiadis y Mumbrú fue lo único salvable de los hombres de negro. Eso, y un tercer cuarto en el que se volvieron a enganchar gracias a un parcial de 11-21. «Estoy satisfecho porque el equipo nunca ha bajado los brazos», reconocía Katsikaris. Tampoco hubiese ganado nada el preparador cargando contra sus pupilos.
Se notó el carácter transitorio del duelo, hasta el punto de que el técnico heleno acababa diciendo que «hay que olvidar este partido y pensar en el del martes». ¡Qué remedio!