CRíTICA | Teatro
Derecho a la memoria
Carlos GIL
Personas, mujeres, historias propias dramatizadas, convertidas en entes escénicos, que juntas forman un espacio físico, coral, textual que nos interpela, que nos convierte en mucho más que unos espectadores, somos ellas, o sus torturadores, o sus anhelos, o unos ciudadanos a los que se nos otorga el privilegio de recibir la exhumación de sus días de terror, y que nos hacen entender que existe un derecho a la memoria, tan fundamental, como otros derechos democráticos mucho más tangibles y reconocidos, pero crucial para superar los conflictos bélicos y sus consecuencias.
Esas mujeres, ese tejido de voces que se convierte en una voz que acaba siendo canalizada por Antígona en un buen trabajo dramatúrgico, es, además de un latigazo de denuncia política, una obra de arte, un acto cultural de primer orden, porque está expresado en lenguaje teatral nítido, contundente, elaborado, trabajado, juntando la experiencia de los actores profesionales con esas mujeres que se representan a sí mismas y que nos trasmiten su verdad, que acaba siendo una verdad escénica incuestionable, emocionante.
Espectáculo estructurado desde una concepción teatral actual, activa, a partir de una dirección muy exigente, que cuenta con una excelente iluminación, una puesta en escena donde los movimientos corales se convierten en básicos, buscando la excelencia, colocando la estética como soporte del discurso, en el que Sófocles aparece para universalizar todavía más ese documento real, ese trozo de la noche oscura de las dictaduras militares iberoamericanas de los años setenta del siglo pasado, pues con su poética nos arroja sobre nuestra historia cultural y política unos sucesos donde el poder, el odio, la razón de estado se pone por encima de la vida y de la dignidad humana.
Obra: Antígona Oriental.
Dramaturgia: Marianella Morena.
Dirección: Volker Lösch.
Intérpretes: Sofí Espinosa, José Pedro Irisity, Sergio Mautone, Victoria Pereira, Bruno Pereyra, Fernando Amaral, y un coro formado por diecisiete mujeres.
Escenografía: Paula Villalba.
Lugar: Social Antzokia, Basauri, el pasado 2 de marzo.