Visita al Benito Villamarín
Los rojillos intentarán mantener el último buen rendimiento fuera
Si no hay un cambio de última hora, Mendilibar mantendrá un medio campo poblado, con Oier ubicado por delante del doble pivote. Arribas, Rubén y Miguel Flaño se juegan los dos puestos a cubrir en el eje de la zaga rojilla.
BETIS - OSASUNA
Natxo MATXIN
Osasuna abre el fuego de la vigesimoséptima jornada con todo lo que ello supone. Un resultado positivo permitiría a los rojillos disfrutar de un plácido fin de semana y meter presión a sus rivales en la lucha por la permanencia, mientras que traerse una derrota de Sevilla obligarìa a estar muy pendientes de lo que hagan el resto de conjuntos y, en especial, del Celta en su duelo contra el Real Madrid.
Lo cierto es que la escuadra navarra afronta el choque con la confianza de haberlo hecho bien en sus dos últimos desplazamientos, al menos en lo que a resultados se refiere, pero con la precaución de saber que se enfrenta a uno de los contrarios más en forma de la división. No obstante, el Betis es un oponente al que se le puede meter mano en su estadio, pues es el equipo de la parte de arriba que más encuentros ha perdido ante su público, un total de cinco, los mismos que el cuadro rojillo en El Sadar.
Los pupilos de Mendilibar quieren, además, que la derrota ante el Athletic en el derbi del pasado sábado se convierta en un mero accidente en la trayectoria ascendente del equipo, y para confirmar tal circunstancia deberán sacar algo positivo de su visita al Benito Villamarín.
Llorente se queda fuera
Dado el beneficio que ha generado en las últimas jornadas colocar a Oier como tercer pivote o en el enganche, según se mire, todo apunta a que el técnico zaldibartarra puede continuar con esa disposición táctica. A partir de ahí, deberá decidir entre dos de los tres centrales de que dispone -Miguel Flaño podría quedarse en el banco-, junto a incluir alguna variación en ban- das, amén de incorporar en punta a Nino, como hizo en los dos últimos desplazamientos.
La mayor novedad de la lista que diseñó ayer el míster rojillo fue dejar en Iruñea a Joseba Llorente. Aunque lo da todo en el campo, el futbolista hondarribiarra no pasa por su mejor momento y poco pudo aportar en los minutos que salió ante el Athletic. En el caso del Betis, Mel esperará a la sesión matinal de hoy para saber si contará con Pabón o colocará a Rubén Castro como enganche.
De los equipos que se encuentran en la zona noble de la tabla, el Betis es el que más encuentros ha perdido en su estadio. En total, han sido cinco derrotas en el Benito Villamarín, tantas como las que ha cosechado Osasuna en El Sadar.
En las dos últimas salidas rojillas -el empate de Mallorca y la victoria en el Ciutat de Valencia- Mendilibar sacó en punta a Nino y dejó en el banquillo a Sola. El almeriense podría tener sus opciones de saltar en el once.
No se le ha dado mal a Osasuna en los últimos tiempos sus desplazamientos al Benito Villamarín. De hecho, la escuadra rojilla ha conseguido dos victorias y un empate en las cuatro últimas visitas ligueras que ha realizado al estadio bético. En alguna de esas, caso del 0-5 de la 2006-07 con especial lucimiento de alguno de sus hombres, como es el caso del delantero Kike Sola.
Ocurra lo que ocurra en el Villamarín, la escuadra navarra no se entrenará durante el fin de semana, ya que la expedición rojilla regresará prácticamente a la hora de comer de mañana. Por tal motivo, Mendilibar decidió ayer que sus pupilos regresen al trabajo el próximo lunes a partir de las 10.30 en las instalaciones de Tajonar para preparar el choque contra el Atlético de Madrid.
El Betis viene de jugar en Anoeta, en un partido alabado por mucha gente por el espectáculo que se vio, aunque no tan agradable para algunos técnicos, como es el caso de Mendilibar. «Un partido espectacular para los medios. Ida, vuelta, goles..., pero defensivamente una caca», criticó el zaldibartarra.
Lo que no quita para alabar el bloque que ha armado Pepe Mel. «Tienen gente rápida de medio campo hacia arriba, como Juan Carlos, Pabón, Campbell, Molina, Rubén Castro, que es el más listo de la clase... Por eso los partidos son tan abiertos ante ellos, se convierten en correcalles», advirtió. N.M.