Ojo al parche, que anda el paisanaje del territorio rojo del este -a José Luis Bilbao le ha salido el tiro por la culata si trataba de emplearlo de modo peyorativo- pelín sublevado porque considera que Lakua se gasta casi todas sus moneditas al oeste de los Intxortas. Vaya, que para San Mamés Barria y el metro de Bilbo sí que hay presupuesto, porque el PNV tiene que mimar su principal caladero.

Como primera premisa, conviene apuntar que a un político que se tenga por serio habría que exigirle que acompañase esa acusación con datos de gasto por habitante. Amén de que existen otras variables. Pero quizá sea pedir peras al olmo.

Lo que resulta indiscutible es que no todo lo que reluce es oro. El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) -que a este paso acabará siendo acusado de connivencia con esos de Bildu que quieren paralizar el país- ha dictaminado que el Bilbao Exhibition Center (BEC) necesita para su supervivencia que el Gobierno autonómico y la Diputación de Bizkaia, sus dos principales accionistas, le inyecten 150 millones extra de dinero público.

Otra infraestructura construida a lo grande, en su momento seguro que estratégica e imprescindible, pero que no es más que un castillo en el aire. Hace nueve años se inauguró con la presencia de las máximas autoridades del momento, el lehendakari Juan José Ibarretxe, el diputado general José Luis Bilbao y el alcalde de Barakaldo, Tontxu Rodríguez. Ahí siguen los dos últimos. El BEC iba a poner en el mapa y sacar de la miseria a Ezkerraldea, vinieron a decir. Hoy en día, en sus alrededores tienen sitio para pasear miles y miles de personas sin empleo.

El BEC se presupuestó en 390 millones, pero su coste se elevó posteriormente hasta los 520 y al final el TVCP se declaró incapaz de ofrecer una cifra exacta. Desfases durante la construcción e inversiones que han resultado una losa económica. De eso vamos servidos en el territorio rojo del este. Cuidado con lo que se pide, no vayamos a arrepentirnos.