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«En diciembre firmé catorce contratos en el IFAS, como si fuera una ETT»

Trabajadoras con entre 6 y 13 años de antigüedad que realizan sustituciones en el Instituto Foral de Asistencia Social (IFAS) de la Diputación de Bizkaia no pueden más. Denuncian recortes en contratación y su precarización. Son «invisibles», pero ayer salieron a la luz, a protestar.

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Juanjo BASTERRA |

Los recortes en las contrataciones que está aplicando la Administración pública tienen su principal caracterización entre el personal que se dedica a realizar sustituciones. «Es el personal invisible», que está pagando las consecuencias de una crisis económica «que no hemos generado los trabajadores».

Ayer, las mujeres del Instituto Foral de Asistencia Social de Bizkaia (IFAS) denunciaron «la precariedad laboral, la pérdida de derechos y el drama social que atravesamos». Porque, aunque son necesarias, las contrataciones para la atención de las personas dependientes, «no se realizan sustituciones, por lo que aumenta el desempleo y los contratos son cada vez más precarios». A la vez, el servicio de atención a las personas mayores «es más deficiente, porque se necesita tanto o más que antes, pero se aplica con menos de la mitad del personal».

En Bizkaia son entre 800 y 1.000 las personas que están sufriendo esta merma en las contrataciones por sustitución.

En la concentración ante la sede del IFAS en Bilbo, Susana Aribayos, auxiliar de enfermería, aseguró a GARA que lleva seis años trabajando para el IFAS con contratos temporales. Sin embargo, «desde el 2010 hasta este momento, los contratos se han visto reducidos a casi la mitad», dijo. Porque «antes trabajábamos hasta quince o veinte días al mes. Ahora, en mi caso, en febrero he trabajado un solo día -dijo-, con eso no puedo vivir. Es una ruina». Añadió que «a muchas de nosotras el paro se nos ha agotado. No tenemos ningún tipo de prestación. Es una situación que cada día va a peor». Admitió, además, que «los usuarios se ven afectados porque el trabajo que hacían ocho no lo pueden hacer igual con cuatro. Todo se nota».

Cuentan con el apoyo de las centrales sindicales en sus reivindicaciones. «Pedimos que las instituciones mantengan al personal del IFAS», porque estas medidas de recorte suponen «un ERE encubierto», dijeron las afectadas. En diversas declaraciones, la diputada foral de Acción Social de Bizkaia, Pilar Ardanza, aseguró que «habían aumentado las contrataciones en el IFAS». Las trabajadoras confirman esas declaraciones, pero explican que «han empeorado las condiciones de trabajo» porque «nos hacen más contratos, pero por un día».

«He terminado el contrato el 7 de enero, y no me han llamado a trabajar», dice Conchi Vián. Asegura que «estuve el mes de diciembre trabajando y tuve 14 contratos en un mes. No se sustituyen ni vacaciones ni bajas».

Susana Aribayos confirma las palabras de su compañera y añade que «te hacen contratos por poco tiempo, cuando antes eran de quince o veinte días. Te mandan al paro ante una fiesta, si no tienes que trabajar». Por lo que ambas, casi al unísono, confirmaron que es «como si fuéramos de una ETT, cuando llevamos años y años trabajando».

Vián admitió que «te contratan cuando no hay más remedio por las necesidades de trabajo. Las familiares quieren que se les dé el mismo trato que antes, pero se están acostumbrando a esa insuficiencia laboral».

José Alfredo Ruiz añade a esta situación que describieron las dos trabajadoras que «no tenemos ni vida familiar, ni vida personal, ni vida. Porque tenemos que estar pendientes de un día a otro a que te llamen». Afirmó que lleva 13 años trabajando en sustituciones en el IFAS y «tengo dos hijas a mi cargo». Dijo que «en caso de que rechaces un contrato, te penalizan y te sacan de la lista. Estás atado».

Nóminas negativas y amenaza de embargos

Según los datos ofrecidos por las centrales sindicales, la Administración foral que preside José Luis Bilbao ha pedido a 500 personas que devuelvan la parte proporcional de las pagas extras percibidas. En 127 casos, según se indica, se han tramitado cartas de pago con amenaza de embargo. Algunas de las trabajadoras reconocieron que han cambiado las nóminas de sus entidades financieras «porque si les devuelvo la nómina, no como». Se han dado casos, de que «como ya casi no trabajamos, se nos ha exigido la devolución de una cantidad más alta de la que íbamos a percibir. Son nóminas negativas. No hay derecho que nos hagan esto», decían las afectadas. J. B.

necesidad social

Advirtieron que la necesidad de asistencia social a las personas dependientes es urgente, pero las administraciones han cerrado el grifo en la contratación. Solo contratan en situaciones límite. Así, entre 800 y 1.000 personas están en la cuerda floja en Bizkaia. «Nos quedamos sin recursos, sin paro, sin nada», después de estar «años y años trabajando en esta situación».

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