La ONU negociaba ayer la liberación de los 21 observadores filipinos capturados por los insurgentes sirios cuando llevaban a cabo una misión de aprovisionamiento cerca de Yamla, en el límite del Golán. Las fuerzas de la ONU se encargan desde 1974 de velar por el alto el fuego entre Israel y Siria en la meseta del Golán, ocupada en parte por el Estado sionista.

El portavoz de la ONU Martin Nesirky afirmó que la Fuerza de Observación había mantenido contacto telefónico con los observadores y que no habían sido maltratados. La Brigada de los Mártires de Yarmuk exige para liberarlos la retirada del Ejército sirio de Yamla, situada a 1,5 kilómetros de la línea de alto el fuego. Un vídeo difundido en internet mostraba a seis de los observadores sentados, con un traje militar.

Por otra parte, Raqa, la primera capital de provincia que controlan los insurgentes fue objeto ayer de bombardeos de la aviación. El diario oficial «Al Watan» afirmó que no toda la ciudad estaba en manos de los rebeldes. Más de 120 personas murieron ayer en los combates en todo el país.

Unicef afirmó que se necesitan 80 millones de dólares para los refugiados en Jordania, el 57 % de los cuales son niños.