La diputada de Cultura Josune Ariztondo compareció ayer en Juntas Generales de Bizkaia para responder a una pregunta formulada por el Grupo Popular, sobre la renovación del contrato que la Diputación de Bizkaia, junto con Lakua, firmó en su día con la Fundación Guggenheim; convenio cuya vigencia finaliza a finales del 2014.

Las instituciones vascas tienen actualmente dos acuerdos con Nueva York. La primera, sin fecha de finalización, referente a servicios y programación. La segunda, de gestión, cuya renovación se habrá de abordar en breve y cuya posible duración indefinida -esto es, ilimitada- había provocado la preocupación de la oposición, que desea, además, que el acuerdo que planteen las instituciones vascas sea ampliamente consensuado.

Ariztondo defendió que, más allá de los límites del nuevo convenio en cuanto a su duración, «este pueda ser un acuerdo de base, claro y flexible, abierto a cambios en su desarrollo, pues los firmantes se reservan siempre la garantía de poder romper un contrato si cualquiera de las partes lo incumple». De todas formas, la diputada de Cultura recordó que habrá tiempo para consensuar una propuesta con Lakua, «que ahora trabaja en temas más urgentes».

Por su parte, los grupos de la oposición, sin cuestionar la necesidad de firmar un nuevo acuerdo, mostraron su reticencia a que la prórroga del acuerdo sea indefinida. Además, su preferencia es que esta sea, aunque de largo recorrido, revisable cada cierto tiempo, pues aunque ninguna de las partes incumplan el acuerdo, las circunstancias o necesidades de los firmantes pueden variar.

Derechos lingüísticos

En la sesión de ayer se aprobaron además tres Proposiciones No de Norma. Por unanimidad la planteada por el Grupo Popular, en la que se insta a la Diputación de Bizkaia a trabajar «para lograr la conservación y evitar la ruina» de un inmueble de La Arboleda (Trapaga) incluido dentro del Conjunto Monumental declarado como Poblado Minero. Y con la «oposición» del citado Grupo Popular por las dos planteadas por Bildu.

En una, el grupo abertzale buscaba que la danza tradicional vasca sea «protegida y difundida entre todos y se profundice en su conocimiento y estudio»; petición apoyada por PSE y PNV y en la que se abstuvo el PP. Su apoderado, Arturo Aldecoa, consideró «pobre» la iniciativa de Bildu, por lo que la subsanarán en breve con una propuesta propia con más enjundia.

La otra reclama a la Diputación el que se asegure la presencia del euskara en todas las actividades públicas de las empresas que reciben ayudas del ente foral, tal y como se recoge en sus normas. La propuesta se aceptó con el apoyo del PNV, la abstención del PSE y el no del PP, que la consideró «negativa para el euskera». Aldecoa defendió una sociedad multilingüe mientras utilizaba el servicio de traducción simultánea para seguir el debate, y en su alocución, con referencias constantes a Gipuzkoa -sin citarla, refiriéndose al herrialde en términos como «los vecinos de oriente»-, calificó la propuesta de «error político» y de «retroceso equivocado de cómo gestionar los derechos lingüísticos», llegando a acusar a Bildu de estar «ciegos» y de querer «volver al antiguo régimen».