La aprobación en los Ayuntamientos de Trebiñu y Argantzun de la moción para la incorporación oficial del condado a Araba es reflejo del deseo de los treviñeses, un deseo tan antiguo como ignorado. El resultado de la votación en el Ayuntamiento de Trebiñu fue de seis votos a favor de la incorporación y tres abstenciones, mientras que en el de Argantzun la diferencia fue aun mayor, con cinco votos favorables y una abstención.

No tardaron en responder a esa manifestación de la voluntad popular el presidente de la Diputación de Burgos y representantes del PP y del PSOE oponiendo a la misma razones legales. Legales porque están recogidas en una legislación, pero en modo alguno democráticas. Hay razones históricas y geográficas para esa incorporación, pero sobre todo, y por supuesto muy por encima de las administrativas españolas, está la voluntad de los treviñeses. Ayer quedó clara esa voluntad, lo mismo que en ocasiones anteriores tanto en votación de los representantes municipales como en consulta popular, lo que demuestra que el sentimiento de pertenencia a Araba en Trebiñu no es algo pasajero. Trebiñu, los treviñeses, merecen el apoyo de Araba, de Euskal Herria, y ayer mismo recibieron el de Udalbiltza por boca de su presidenta, Mertxe Aizpurua. Trebiñu Araba da, sin duda alguna, por muchas razones, y la principal es que así lo quieren sus habitantes.